Raúl Moreno: "En Australia aprendí que no hay barreras en nada que hagas"

Raúl Moreno, en uno de sus viñedos gaditanos.
Raúl Moreno, en uno de sus viñedos gaditanos. / M.G.
Juan Antonio Solís

14 de agosto 2025 - 04:59

Proliferan las aventuras vitivinícolas porque es cool, pero ni mucho menos triunfan todas. No es el caso de la que emprendió Raúl Moreno, un sevillano que se zambulló en el vino en 1999, recorrió medio mundo en su formación como enólogo y viticultor y hoy exporta a 17 países sus vinos de perfil artesano y honesto. Embotella desde blancos secos, a blancos con largas crianzas, blancos de maceración, rosados, claretes, tintos ligeros, tintos de crianzas largas, vinos generosos, de crianza biológica o quina.

–¿Dónde y cuándo recibió ese flechazo?

–En Londres, 1999. Mientras trabajaba en un gastronómico, solicité un empleo en sala para mejorar mi inglés y lo único que tenían disponible era aprendiz de sumiller. Poco a poco el vino fue creciendo en mí…

–“Vinos audaces”. Ese término nos da la bienvenida en su portal. ¿Siente que no temer al prueba-error le está dando sus buenos frutos?

–Pienso que sí, ahora mismo estoy exportando a 17 países, pero España es con diferencia mi mejor mercado. Quizás porque me formé académicamente como viticultor y enólogo en Australia, aprendí que no hay barreras en nada que hagas. Teniendo grandes suelos como la albariza gaditana y el clima moderado del Marco de Jerez, pienso firmemente que en esta comarca podemos hacer cualquier tipo de vinos con un gran resultado.

“Tengo dos proyectos enfocados al cambio climático, uno de variedades tradicionales andaluzas y otro de ibéricas portuguesas”

–¿Y el terroir gaditano está aún por descubrir en buena medida?

–Por supuesto, en el Marco de Jerez está sucediendo hoy en día lo que paso en el Douro portugués hace ya 40 años, empezaron a producir vinos tranquilos cultivando viñedos culturales como si fueran a producir Oporto. Tradicionalmente, siempre se han considerado las albarizas más blancas como la tosca, las barajuelas y las lentejuelas entre otras como las mejores para producir vinos de la más alta calidad. Pero ahora, con la creciente demanda de producción de vinos tranquilos, otros suelos considerados menos nobles, albarizas impuras como los bujíos y los lustrillos por tener más materia orgánica y ser más oscuros, aportan volumen y densidad de fruta que las albarizas puras no pueden ofrecer.

–De hecho, la corriente de los vinos blancos gaditanos crece.

–Hay mucho que desaprender y mucho por recordar de los tiempos anteriores al encabezado de los vinos en la provincia de Cádiz. Cabe mencionar que se están empezando a producir vinos de personalidad y calidad emergente en otras zonas de la provincia como Arcos, Olvera, Setenil y Villamartín entre otras.

–Se dice que usted trabaja con variedades minoritarias y métodos disruptivos.

–Tengo dos proyectos de viticultura enfocados al cambio climático. El primero de recuperación de variedades tradicionales andaluzas. De momento estoy trabajando con palomino, moscatel, pedro ximénez, vigiriega blanca, vigiriega tinta, perruno, listán prieto, listán negro, uva rey, melonera y mollar cano. El segundo proyecto, de variedades ibéricas portuguesas que tienen un estrés hídrico bajo y retienen acidez alta de manera natural. De momento estoy trabajando y experimentando con arinto, boal, alfrocheiro, castelão y baga.

–¿Se siente como ese rockero o cineasta de culto para selectas minorías?

–A veces sí, debo reconocer que a mi familia por ejemplo no les gusta todos los vinos que produzco. Pero mi intención nunca fue hacer algo que le gustara a todo el mundo. Lo primero es crear vinos que me gusten a mí y reflejen mi personalidad. Lo siguiente es encontrar a gente que compartan mis inquietudes y mi enfoque personal.

–Se bebe menos vino hoy, pero una cata bien organizada tiene una respuesta de público casi asegurada.

–Los millennials y la generación Z están más interesados que nuestros padres y abuelos en las experiencias sociales ligadas a la industria del vino.

"Hay mucho que desaprender y mucho por recordar de los tiempos anteriores al encabezado de los vinos en Cádiz"

–¿Se siente más vigneron que enólogo?

–Por supuesto más vigneron en fase de aprendizaje interminable. Hacer buen vino con buena uva es fácil. Por contrario hacer buen vino con uvas pobres es un auténtico desafío…

–¿Cuánto hay de verdad y cuánto de impostura en las nuevas tendencias ecológicas y biodinámicas?

–Son la única clave para un futuro resiliente de las parcelas agrícolas que recibirán nuestras futuras generaciones. Deberíamos estar orgullosos de que España es el país líder en producción ecológica y en conversión ecológica de parcelas agrícolas a nivel mundial. Desafortunadamente, exportamos la gran mayoría de los productos agrarios ecológicos que producimos. Aun así, siempre hay oportunistas, especialmente grandes empresas que se suben al tren de la producción eco ofreciendo productos a veces mediocres, impersonales.

–¿En qué nuevo proyecto anda sumergido con la ilusión de un niño?

–Una quina estilo amaro italiano con base de tintilla de Rota que se llama Natura Medica y mi primera saca de tres finos parcelarios de los pagos Miraflores, Pastrana y Mahina que he desarrollado desde cero.

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