España

'Tiki-taka' político

de San Jerónimo

Después de que el Rey tachara de quiméricas las pretensiones separatistas que Artur Mas y su tropa, en unas declaraciones que ponen de manifiesto que la Monarquía no sólo está para el botafumeiro político, estaba cantado que la sesión de control al Gobierno de ayer en el Congreso de los Diputados transitaría por cómo "conllevar el problema catalán", que diría José Ortega y Gasset.

El presidente del Gobierno escuchó todo tipo de fórmulas para conllevarlo. Rosa Díez, de UPyD, le propuso a quemarropa que si Cataluña persiste en la deriva independentista, se le aplique la legislación vigente. Es decir, el artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno imponer obligaciones a las comunidades autónmas. Vamos, una intervención en toda regla.

Macías, que sustituyó a su portavoz, Josep Antoni Duran Lleida, que prefirió quedarse en el banquillo al no estar entusiasmado con la tocata y fuga de Mas, sacó el catálogo de deslealtades, incumplimientos y agravios de España para con Cataluña, y recurrió incluso a una cita del seleccionador español de fútbol, Vicente del Bosque -"cada pueblo tiene derecho a elegir su futuro"- para sustanciar con algo de tiki-taka el clamor de la Diada.

Muy necesitado de salir de su cueva monclovita, Rajoy no echó, en esta ocasión, balones fuera. A Rosa Díez la tranquilizó garantizándole que el Gobierno español haría "guardar la Constitución y las leyes" (aplausos de la bancada popular) y a Macías le dejó claro que CiU ya se puede ir olvidando del Concierto económico, aunque dejó una puerta abierta para un apaño. Y le mandó un mensaje alto y claro a Mas para que no se deje "arrastrar por los acontecimientos" (más aplausos de la bancada popular).

Pérez Rubalcaba, que apostó de nuevo por la cosa económica, se sumó a la conllevancia sobre la marcha -otro error estratégico-, pidiéndole a Mariano Rajoy diálogo y advirtiéndole contra las "voces" de los separatistas y los "gritos" de los separadores.

Sobre el tema principal de su pregunta, el líder de la oposición sacó el creciente descontento que existe en la calle con Rajoy y le lanzó una carga de profundidad: "Existe la sospecha de que el presidente no sabe dónde va y la convicción de que, por este camino, de ninguna manera le quiere seguir".

Sin apenas esforzarse, Rajoy cogió el retrovisor y le dio con la herencia en los morros: "Le entiendo, pero debe entender que sus políticas han traído a España hasta aquí y sus políticas no se pueden aplicar porque entonces España estaría mucho peor". Y le remató con un mensaje de optimismo: "Pero no le quepa duda de que dentro de poco, volverá a haber crecimiento económico y empleo".

Tras el cada vez más aburrido cara a cara entre las Sorayas, a propósito del rescate y otras ocurrencias, Montoro se enfrentó a una batería de preguntas de la oposición, que lo tiene en su punto de mira. Consciente de que ya no podía echarle más gasolina al problema catalán, después de provocar la ausencia de Cataluña en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, el ministró optó responder a Joan Coscubiela (ICV) con una inusitada moderación: "No vamos a salir de la crisis sin Cataluña, que es uno de los grandes motores de crecimiento de España".

Como la cosa iba de más pasta, el diputado del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, le planteó a Montoro qué hay de lo mío; es decir, de los 1.000 millones de euros de adelanto solicitados por la Junta. El ministro, sin las risitas de otras ocasiones, le respondió que "en buena parte" estará "inserto" en el Fondo de Liquidez Autonómica. Heredia no se dejó impresionar por la franqueza y la lealtad que derrochó Montoro, y le golpeó con la "intervención política" de Andalucía que el PP ha tenido como un "oscuro (objeto de) deseo" para "doblegar la voluntad democrática de los andaluces por asfixia financiera". Más tiki-taka político.

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