La ponencia política logra el consenso y elude la única duda popular: los pactos del futuro

21 Congreso Nacional del PP

Los compromisarios aprueban por unanimidad el ideario en el que el PP se presenta como “la casa común de liberales, democristianos y conservadores”

Xavier García Albiol dice lo que muchos piensan: “Se puede pactar con Junts”

Foto de familia de la delegación andaluza en el Congreso del PP.
Foto de familia de la delegación andaluza en el Congreso del PP. / M.G.

El PP no tenía un debate ideológico en un congreso desde 2017 porque los dos posteriores, 2018 y 2022, sólo se destinaron a la sustitución de Casado y reelección de Feijóo, respectivamente. En el encuentro que están celebrando este fin de semana y que hoy se clausurará con sendos discurso de Isabel Díaz Ayuso, la anfitriona, y Alberto Núñez Feijóo, han presentado una ponencia política que ha salido adelante ‘a la búlgara’; sin una abstención siquiera.

Y eso que se presentaron más de 900 enmiendas, algunas de las cuales (técnicas) se han incorporado y otras se han quedado por el camino porque ninguna llegó viva al congreso para su debate.

El nuevo ideario del PP deja muchas cosas claras, “somos la casa común de liberales, democristianos y conservadores”, pero no entra en el verdadero debate político que existe en el partido y que tendrán que abordar más pronto que tarde: la política de pactos. El nuevo hombre fuerte del PP, Miguel Tellado, advertía a sus compañeros que el objetivo político “es sacar 40 escaños más para dar a España el Gobierno que se merece” pero mientras eso sucede, el único debate por los pasillos del PP son los límites a esos posibles acuerdos.

El presidente del congreso del PP, el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, decía en público lo que muchos piensan en privado, “se puede pactar con Junts si el objetivo es una moción de censura para convocar elecciones”, y ponía la línea roja en la CUP o Bildu. Justo lo contrario de lo que opina el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, que ha llegado al congreso tras pactar con Génova su cláusula anti-Junts. Oficialmente, el PP establece una política de pactos en la que “la defensa del Estado, la Nación y el orden constitucional sean objetivos irrenunciables”.

Y todo ello mientras uno de los ponentes de este documento, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, defendía en el atril que “es urgente acabar con los abusos y la corrupción que no es sólo económica, sino también política, que se refleja en los indultos, en la amnistía y en la colonización de las instituciones del Estado”.

Todo esto en público. Pero, ¿y en privado? Un destacado dirigente andaluz reflexionaba sobre la necesidad de hablar con todos los partidos democráticos, incluyendo incluso como hipótesis a Bildu, una formación que “viene de donde viene” pero que ha dejado las armas para cumplir con las reglas democráticas. En su opinión, y en la de muchos que lo comentaban de manera informal por los pasillos, “el único límite para hablar es la Constitución”.

Tal vez haciéndose eco de todas estas sensibilidades, Juanma Moreno trataba de conciliar, ese estilo personal que él denomina “la vía andaluza”. Así, definía el ideario del PP, como “una puerta abierta a la inmensa mayoría de los españoles que quieren pasar página del caos”, construyendo “un futuro mejor” desde “la moderación, el diálogo y la empatía” para sustituir “el ruido y la crispación”, y defender a todos los ciudadanos “nos voten o no”.

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