Terremoto político en Madrid y Murcia

El juego de tronos en el centroderecha descoloca de rebote a la izquierda

El líder del PP, Pablo Casado, conversa con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, junto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a su llegada al acto de Estado de reconocimiento y memoria a todas las víctimas del terrorismo en  los jardines del Palacio Real este jueves.

El líder del PP, Pablo Casado, conversa con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, junto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a su llegada al acto de Estado de reconocimiento y memoria a todas las víctimas del terrorismo en los jardines del Palacio Real este jueves. / Chema Moya (EFE)

PP y Cs han abierto un juego de tronos en el centroderecha, que los populares buscan ganar recuperando desde Madrid, y con permiso de Vox, las mayorías absolutas del pasado, en una pugna que, a priori, no debería perjudicar al Gobierno de Pedro Sánchez pero que termina salpicando a la izquierda y pilla al PSOE sin candidato en Madrid.

PP y Ciudadanos siguen lanzándose este jueves acusaciones mutuas de traición después del lío político que provocó ayer la moción de censura de Murcia, donde Cs pactó con el PSOE para sacar al PP del Gobierno, y que tuvo respuesta desde Madrid con la convocatoria de elecciones.

Ambos socios se culpan mutuamente y escenifican un enfado que sin embargo buscan ceñir a Murcia y la Comunidad de Madrid, intentando salvar del cataclismo los Gobiernos de Andalucía, Castilla y León y el de la capital de España.

Los protagonistas de esta pugna política, el presidente del PP, Pablo Casado, y la de Ciudadanos, Inés Arrimadas, han coincidido en el acto de la la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) por el aniversario del 11-M, donde no han cruzado palabra.

Un micro abierto de Televisión Española ha mostrado cómo ha sentado en Ciudadanos el adelanto en Madrid, cuando ha cazado a la vicealcaldesa diciéndole a Casado: “Como gobiernen PSOE y Podemos en la Comunidad nos habéis jodido”.

Casado busca comerse a Cs e imponerse a Vox en Madrid

La convocatoria de elecciones en Madrid era inevitable, según el PP, y una "irresponsabilidad" a juicio de Ciudadanos.

Arrimadas ha revelado que llamó a Casado tras la moción de Murcia para garantizar la estabilidad de los pactos en Andalucía, Castilla y León y Madrid, mientras que el líder del PP ha apuntado que la llamada se demoró tres horas respecto a la iniciativa para derrocar a Fernando López Miras.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha acusado a Aguado de reunirse con el PSOE “por la espalda” y de preferir “pactar con la Moncloa”. Aguado lo ha negado y califica el adelanto de "capricho" pues a su juicio la dirigente del PP quiere ser la "reina Sol" o pactar con Vox.

Entre tanto, Casado eleva su apuesta en Madrid. Aspira a una mayoría absoluta de Ayuso, antesala de la unión en España del centroderecha en la "papeleta del PP". Si los demás partidos del centro y la derecha "no han querido" unirse la suma será "por la base".

El PP maneja encuestas internas que le colocan en un 38 % de voto, pero es complejo que logren gobernar sin apoyo de Vox. Evitan responder si la convocatoria electoral les acerca a Vox. Su estrategia pasa además por comerse a Ciudadanos, abriendo sus puertas a dirigentes y militantes a los que Arrimadas deje “huérfanos”. Aseguran que ya hay contactos discretos.

Las elecciones de Madrid deben superar aún el embrollo jurídico. La Asamblea de Madrid ha tomado nota de su disolución, pero recurre la convocatoria electoral al entender que las mociones de censura de Más Madrid y el PSOE están en trámite.

Ciudadanos, que preside la institución, no descarta presentar moción, mientras mientras lucha para que se debatan las ya registradas.

En Murcia el aún presidente López Miras ha negado que negocie con diputados de Cs para que voten en contra de la moción de censura de su partido junto al PSOE, mientras Vox le reprocha que no haya disuelto el Parlamento murciano.

Salvar el resto de pactos autonómicos

Además, PP y Cs pretenden salvar el resto de pactos autonómicos. En Castilla y León el presidente Alfonso Fernández Mañueco (PP) y su vicepresidente, Francisco Igea (Cs), han garantizado la estabilidad del Gobierno.

También se ha escenificado la armonía en Andalucía y en el Ayuntamiento de Madrid.

Sin embargo, Cs y PP han buscado explotar las tensiones internas del contrario.

El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, ha dicho "en Castilla y León los de Ciudadanos no le hacen caso a Arrimadas y la líder de Cs ha pedido al secretario general del PP, Teodoro García Egea, que escuche más a Juanma Moreno y Mañueco.

Sorpresa en la izquierda

El sismo político mueve también a la izquierda, aunque ambos socios del Gobierno descartan tensiones por la alianza de Sánchez y Arrimadas en Murcia.

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señala que la coalición es “firme y estable”, ve “una locura” las elecciones en Madrid y cree que Arrimadas debe debe alejarse del PP y de Vox si no quiere ser "engullido". Si las mociones de Madrid se debaten necesitan su apoyo.

Los socialistas apuntan en el Congreso que Ciudadanos no será un socio más estable que cualquier otro ni irá en detrimento de otros.

Y en Podemos admiten que se pueden crear nuevas alianzas, pero el diputado Gerardo Pisarello ha dicho verlo "difícil”.

Tampoco teme la suma PSOE-Cs ERC, que considera que el Ejecutivo les necesita para cumplir sus compromisos porque con Ciudadanos los números no dan.

Más controvertido es el adelanto en Madrid. Los actores políticos contaban con dos años sin elecciones y fuentes socialistas admiten que que les ha cogido por sorpresa y lamentan que no se haya previsto el movimiento de Ayuso.

Conceden que hubo improvisación en las mociones de Castilla y de León y de Madrid, donde además el PSOE carece de un candidato claro pues muchos descartan que Ángel Gabilondo repita. Como relevo suena la actual ministra de Defesa, Margarita Robles.

La posición de Podemos en Madrid también es débil pues la ruptura con Íñigo Errejón les llevó a ser última fuerza.

Los partidos del Gobierno se enfrentan al reto de mover sus maquinarias electorales contra Ayuso, quien desde el inicio de la pandemia ha buscado ser la oposición a Sánchez.

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