El onubense Javier Perianes regresa al Festival de Música y Danza de Granada este lunes para homenajear a Alicia de Larrocha (Barcelona, 1923-2009), una de las más prestigiosas e internacionales pianistas españolas del siglo XX. Con motivo del centenario de su nacimiento se están celebrando una serie de actividades que la recuerdan por todo el mundo, como el que ofrecerá en su estreno como solista en el Palacio de Carlos V. 

El onubense ha preparado un programa con música que fue caballo de batalla continuo de Larrocha y en el que tiende relaciones con la ciudad de Granada y con un grupo de compositores que tuvieron importantes vínculos personales a principios del siglo XX. Está Debussy con sus páginas granadinas y su Serenata interrumpida, que parece imitar a un trovador español. Está el Falla que homenajeó a Debussy a su muerte y el Falla que estaba dejando con la Fantasía bætica, una de las obras más intrincadas y eternas del pianismo español. También Albéniz y su inolvidable Albaicín. Y Granados, capaz de recrear con Goyescas la misma encarnadura de las majas de Goya, una composición que además el pianista andaluz acaba de grabar y que Harmonia Mundi tiene previsto presentar el próximo mes de noviembre. El concierto será retransmitido en diferido por Radio Clásica-RNE y el canal internacional QWEST TV.

-¿Cómo se ha elegido este programa de homenaje a De Larrocha?

-Para un homenajearla a ella cualquier compositor hubiera valido porque afortunadamente Alicia de la Rocha tocaba todo el repertorio, pero al Festival de Granada le parecía más oportuno -y yo estoy de acuerdo- centrase un poco en su vocación de embajadora de la música española. Antonio Moral me comentó que el programa que ya había hecho en 2020, el año tremendo de la pandemia cuando ofrecí en el Partal un concierto que se retransmitió en directo, le apetecía recuperarlo. Esas pizas se reproducen en la primera parte, con obras de compositores españoles o franceses de inspiración española, como el caso de Debussy. Es también un homenaje a la ciudad y a la relación tan fructífera que ha habido siempre entre España y Francia a principios del siglo XX. 

-Un ejemplo de ella es la primera pieza del mismo, escrita por Falla pero en este caso en homenaje a Debussy.

-Claro, él la escribió cuando murió Debussy, un compositor que consideró maestro. De hecho, Falla cita un tema que él utiliza en La soirée en Grenade, la segunda pieza del programa. De ahí que ambas obras vayan enlazadas. Luego viene La Puerta del Vino, que no hace falta explicar lo que es para un granadino. Y la última obra de Debussy es La sonata interrumpida, que es un preludio del primer cuaderno que tiene claramente raíces e inspiración española, con rasgueo de guitarra. Un ritmo que curiosamente es muy similar al del comienzo de Albaicín de Albéniz. Es como un programa que va todo engarzado. Una obra detrás de la otra. Se explica muy bien cuando uno lo va escuchando y entiende las relaciones que se establecen entre los diferentes compositores.  La primera parte se terminará con una de las obras cumbres del pianismo español y del propio Falla como es Fantasía Baética. Y luego ya en la segunda parte, otra de las obras cumbre, las Goyescas de Granados. 

-¿Cuál fue su vinculación con Alicia de Larrocha?

-Llegué a conocerla pero brevemente. No tuve la fortuna de haber sido su alumno o su discípulo aunque sí tuve la oportunidad de trabajar con ella en un par de clases privadas en la Academia Marshall. A parte de eso mis vínculos son la admiración y el enorme respeto por la pianista española más apreciada de todos los tiempos. Ni siquiera la considero una figura española sino global porque el prestigio que tuvo, tiene y seguro tendrá De Larrocha no se circunscribe a España. Es considerada una leyenda del mundo del piano en Estados Unidos, Europa, Asia, Australia y Latinoamérica. Es una de las artistas españolas de todos los tiempos. 

-Pero, ¿no fue embajadora de la música española? 

-Hay que recordar que fue embajadora de los compositores españoles y de muchísimos otros, porque cuando uno repasa los programas y las grabaciones de Alicia de Larrocha claro que hay una presencia brillante de Albéniz, Falla, Turina... De todos los compositores españoles que podamos tener en la cabeza. Pero también están Beethoven, Chopin, Ravel, Schumann. Cualquier nombre que se nos ocurra va estar presente en su discografía y sus recitales durante más de 80 años de carrera ininterrumpida. En ese sentido era una embajadora de la música española para los españoles, pero fuera de España era madame De Larrocha, una virtuosa y una maestra en Schumann, Brahms o cualquier compositor que se le pusiera por delante. 

-Sus vínculos con el Festival de Música y Danza de Granada se remontan mucho más atrás de ese concierto de 2020. Quizás sea uno de los artistas más asiduos a esta cita. 

-Hay que remontarse a hace más de 20 años. He hecho muchísimas actuaciones y programas de música de cámara, orquestas, como solita... La propia medalla del Festival. Mi vínculo con el Festival ha sido una constante, algo de lo que estoy tremendamente agradecido, honrado y orgullo porque es uno de los Festivales más señeros de este país y también con una gran proyección.