Festival Internacional Música y Danza/ Crítica

Gran Música para la Orquesta Nacional de España

El concierto que la Orquesta Nacional de España ofreció el pasado jueves.

El concierto que la Orquesta Nacional de España ofreció el pasado jueves. / Antonio L. Juárez/ Photographers (Granada)

David Afkham visita el Festival de Granada al frente de la Orquesta Nacional de España, de la que es titular; en una ocasión anterior que tenía programada su visita a Granada no pudo venir, así que no es de extrañar que quisiera quitarse la espinita de aquella desafortunada ausencia con un concierto colosal tanto por la obra en programa como por la interpretación con la que nos obsequió. Y es que programar el Requiem Alemán de Johannes Brahms requiere de una gran orquesta, como es la ONE, que en esta ocasión venía acompañada de su Coro. El concierto se enmarca dentro del ciclo-homenaje rendido al autor en el 125 aniversario de su muerte, y contó así mismo con la presencia en el escenario los solistas Katharina Konradi y Peter Mattei.

El Requiem Alemán op. 45 es una obra muy personal dentro de la producción brahmsiana, ya que se trata de una obra concebida con un sentido muy personal de la muerte y la vida eterna más allá de este mundo; el autor realizó una selección de textos bíblicos, a partir de la traducción alemana de Lutero. Así, lejos de ser una obra que siga los cánones del género, esta pieza es más bien un trasunto del sentido que Brahms daba a la muerte, sobre la que reflexionó ampliamente tras la muerte de su mentor Schumann en 1856 y posteriormente de su propia madre en 1865

La ONE estuvo más que a la altura de las exigencias de la partitura, realizando bajo la dirección de David Afkham una interpretación bastante rica junto a un poderoso coro que compensó la riqueza de efectivos instrumentales, que supo encontrar el necesario balance entre ambas fuerzas tímbricas. Desde el primero número Selig sind, die da Lied tragen (Bienaventurados los que sufren) hasta el coral Selig sind die Toten (Bienaventurados los muertos) que cierra este réquiem, el coro soporta gran parte del dramatismo y expresividad de la obra, aderezados por una siempre constante sección de cuerdas, unos audaces vientos que colorean motívicamente la pieza y una percusión, centrada en los timbales, que marcan el latir interno de cada movimiento.

Un momento del concierto. Un momento del concierto.

Un momento del concierto. / Antonio L. Juárez/ Photographers (Granada)

La orquesta sonó empastada y brillante, con una percepción del pulso rítmico exacta y acertada en la batuta y en las cuerdas graves, verdadero motor de la obra; por su parte, los violines y vientos madera cantan junto al coro y los solistas, los metales subrayan con eficacia numerosos pasajes expresivos, y los timbales, empoderados en la escritura brahmsiana, toman nota de poder como centro neurálgico de la rítmica de toda la partitura.

En lo que a las voces solistas se refiere, destacó por su brillantez y capacidad lírica el barítono Peter Mattei. Su capacidad expresiva fue bastante amplia en todos los registros, algo muy apropiado para sus dos intervenciones en el réquiem. Especialmente lírica fue su intervención en el número Herr, lehre doch mich (Señor, enséñame) mientras que demostró su fuerza expresiva más arrebatada en Denn vir haben hie keine bleibende Statt (Pues no tenemos en la tierra una morada permanente). Por su parte, la soprano Katharina Konradi destacó por su sutil lirismo y su potencia en Ihr habt nun Traurigkeit (ahora estáis tristes).

El Coro de la Orquesta Nacional de España, magníficamente preparado por Miguel Ángel García Cañamero, es un instrumento bien calibrado y de enorme potencia sonora. La formación no cesó en un solo instante de demostrar su valía y su magnífica escuela. Formado por voces de estupenda calidad y timbres muy bien seleccionados, se podría decir que es un coro de grandes voces solistas, que sin embargo son capaces de abandonar toda pretensión individual para construir un sonido empastado en cada cuerda. La dicción del alemán fue digna de mención, una encomiable labor de preparación que se agradeció desde el patio de butacas al hacer perfectamente comprensible el texto. En lo musical, su poder sonoro y su habilidad para adaptarse a las exigencias de la escritura orquestal fueron notables, pues sobre el coro descansa la gran fuerza de la obra. Todo un lujo, junto con la ONE, para la interpretación del Requiem Alemán.

Fue todo un lujo escuchar el Requiem Alemán de Brahms en la interpretación de la Orquesta y Coro Nacional de España con Afkham al frente. El público asistente, puesto en pie, prologó durante más de diez minutos su ovación obligando a salir a los directores y solistas hasta cuatro veces, y aplaudiendo el trabajo bien hecho de todos los responsables de esta mágica velada de verano.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios