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Víctor Pablo Pérez, director de orquesta

Víctor Pablo Pérez: "Las jóvenes orquestas se presentan con el plus de la energía"

Víctor Pablo Pérez.

Víctor Pablo Pérez. / R. G. (Granada)

La Orquesta Joven de Andalucía será la encargada de cerrar este año el Festival de Música y Danza con un concierto que sirve también para cerrar el tríptico mahleriano propuesto por la programación, y lo hace con una de las sinfonías más populares del compositor, la Quinta, especialmente conocida por su Adagietto, que Lucchino Visconti haría célebre al emplearlo obsesivamente como banda sonora de su Muerte en Venecia.

Pero el concierto de los jóvenes andaluces comandados por Víctor Pablo Pérez incluye sorpresas. Primero, se abre con un arreglo orquestal que el británico Colin Matthews hizo en 2009 de un Cuarteto con piano juvenil de Mahler. Segundo, en su parte central el recital se hace pucciniano, al acoger algunas conocidas arias del gran operista italiano interpretadas por una de las grandes divas de nuestro tiempo, la soprano rumana Angela Gheorghiu. En esa sección pucciniana del concierto se incluye un Adagetto que un Puccini joven escribió para pequeña orquesta cuando Mahler aún no había creado el suyo. Gheorghiu, que ofreció el pasado sábado un recital de cámara en el Auditorio Manuel de Falla, es una de las pocas cantantes que en las últimas décadas ha sido capaz de asumir el papel de las antiguas y glamurosas divas de la ópera. Además, Puccini fue siempre una de sus especialidades. 

Con este programa y esta compañía, Víctor Pablo Pérez (Burgos, 1954) regresa un año más al Festival de Música y Danza que tan bien conoce. Y lo hace además con una formación joven, una de las especialidades del polifacético director, Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes y Premio Nacional de Música.  

-¿Qué supone para una formación como la Orquesta Joven de Andalucía cerrar una cita como el Festival Internacional de Música de Granada?

-Es una oportunidad realmente fantástica, un reto importantísimo. Las jóvenes orquestas, por lo menos a mi  entender, cuando ofrecen un concierto en uno de los grandes festivales o los grandes teatros se presentan con la ambición de tocar como una buena orquesta profesional y además con un plus muy importante: el de la energía, el plus de la juventud y la ilusión derivada por el amor enorme por la música. 

-¿Cuál es la diferencia respecto a trabajar con una gran orquesta profesional? 

-El sistema de trabajo previo de ensayos es mucho más largo y mucho más profundo. Hay un primer estadio en el que los chicos trabajan con sus profesores excepcionalmente instrumento por instrumento. Después se van juntando por diferentes secciones y finalmente se empiezan a hacer unos ensayos muy intensos de conjunto. No menos de 8 o 10 ensayos. El sistema de trabajo sí es muy diferente al de una orquesta profesional. 

-¿Esa es la principal diferencia respecto de otras orquestas de las que ha sido director titular, como la Orquesta Sinfónica de Galicia, y la Orquesta Sinfónica de Tenerife? 

-Suena distinto. Bien es cierto que al ser creadas desde cero, en esas formaciones teníamos también músicos postgraduados jóvenes que también tenían una carga de ilusión enorme, una carga de amor por la música que es impagable, aunque la forma de trabajar sí era distinta. Ahora las jóvenes orquestas, como la OJA o la JONDE o las de tantos sitios que ahora existen para la formación de los músicos españoles, trabajan muy en profundidad las obras y a los chicos les sirve para su vida futura. Por eso van muy preparados cuando se presentan a las plazas de las principales orquestas del mundo. 

-¿Y cuál es el nivel de esas nuevas generaciones?

-En estos momentos muchísimos músicos españoles están consiguiendo plazas e incluso copando no sólo las mejores orquestas nacionales sino también internacionales, como la London Symphony o la de Berlín. Estamos hablando de lo mejor de lo mejor. 

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