Belleza de esencia barroca

Crítica

Blanca Li vuelve a embelesar al público del Festival con una bella y creativa propuesta a partir de la música de Henry Purcell

Blanca Li: "El inicio del amor es como la primavera, con esa belleza y color"

Un momento de la representación anoche
Un momento de la representación anoche / José Velasco / Photographerssports
Gonzalo Roldán Herencia

23 de junio 2024 - 00:22

El Festival Internacional de Música y Danza de Granada vuelve a acoger a Blanca Li y a su siempre excelente compañía de danza. En esta ocasión, la coreógrafa nos transporta al siglo XVII para, a partir de la genial partitura de la ópera Dido y Eneas de Henry Purcell, invitarnos a un viaje onírico que nos ofrece una visión plástica y corporal de sus elementos musicales de gran belleza y enorme creatividad.

La renombrada coreógrafa Blanca Li, que nunca deja indiferente, nos ha sorprendido nuevamente con su última visión artística: la puesta en escena por medio de una hábil e inteligente propuesta coreográfica de la ópera barroca Dido y Eneas de Henry Purcell. En esta ocasión, Li ha fusionado magistralmente la danza contemporánea con la narrativa operística –a partir de una grabación de Les Arts Florissants, dirigida por William Christie, realizada en el Liceu de Barcelona- creando una experiencia visual y emocional de gran impacto.

Desde el primer momento, el espectador se ve inmerso en un universo estético cuidado hasta el más mínimo detalle en el que se hacen palpables conceptos tan abstractos como la textura, el contrapunto o el estilo concitato. Pocas veces se ha podido comprender mejor la música de Purcell, a partir de una expresividad corporal y dancística de enorme inteligencia y gran creatividad. El resultado fue un espectáculo en el que lo etéreo se hizo tangible, y en el que la dialéctica y narrativa de la ópera se pusieron hábilmente al servicio del movimiento y la expresividad coreográfica.

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73 FESTIVAL DE GRANADA

Programa: Henry Purcell, Dido y Eneas – Ballet coreografiado de Blanca Li.

Compañía Blanca Li

Dirección técnica: Jérémie Oler / Vestuario: Laurent Mercier / Luces: Pascal Laajili

Bailarines: Alizée Duvernois, Victor Virnot, Gaël Rougegrez, Meggie Isabet, Quentin Picot, Martina Consoli, Maeva Lassere, Gaetan Vermeulen, Julien Marie-Anne y Coline Fayolle.

Directora: Blanca Li

Lugar y fecha: Teatro del Generalife, 21 de junio de 2024

La escenografía, minimalista pero efectista, se reduce a la presencia de los bailarines, que describen en numerosos momentos figuras estáticas mientras la acción se lleva a cabo en otro punto de la escena. No hay objetos ni límites en todo el espectáculo, más allá del paramento de cipreses del fondo y un suelo hábilmente humedecido para reducir el coeficiente de fricción y hacer posible que los bailarines se deslizasen. El vestuario, también sencillo pero hábilmente potenciado por la iluminación - que acentuaba las emociones de los personajes y subrayaba los momentos de mayor dramatismo con un uso exquisito de claroscuros - , permitía observar con detenimiento los cuerpos de los bailarines, que en su desarrollo coreográfico se convertían en preciosos seres oníricos, representación de las pasiones o incluso objetos animados. Con estos simples pero elegantes elementos, la puesta en escena resultó cargada de simbolismo, y nos transporta a un Cartago onírico donde las referencias clásicas se entrelazan con la modernidad de la visión de Li.

En cuanto a la interpretación, los bailarines de la compañía de Blanca Li demostraron una vez más su excepcional técnica y capacidad expresiva. La coreografía, rica en matices y complejidades, exige de ellos no solo una precisión impecable, sino también una entrega emocional absoluta. Cada músculo de sus cuerpos contribuyó a configurar un caleidoscopio corporal de suma expresividad y frescura creativa, todo ello articulado inteligentemente en pos de la narrativa de la obra. Los diez bailarines describieron una coreografía coral, con continuas entradas y salidas, emparejamientos y figuras de conjunto de gran contenido simbólico. Destacó especialmente la pareja protagonista, en las escenas finales, representando el sacrificio de Dido y la desgarradora marcha de su amado en una corpórea nave que se alejaba de las costas de Cartago.

El Festival de Granada pudo disfrutar en una fresca noche estival de esta reinterpretación de Dido y Eneas, en la que Blanca Li no solo rinde homenaje a la obra original, sino que también la revitaliza, aportando una frescura y una contemporaneidad que la hacen accesible y relevante para el público actual. Es un claro ejemplo de cómo el arte clásico puede dialogar con las formas contemporáneas, creando algo nuevo y profundamente conmovedor; más aún cuando quien lo hace es una coreógrafa y bailarina como Blanca Li, quien eleva la danza a nuevas esferas artísticas y siempre sorprende por su creatividad y su genio, una experiencia estética que ningún amante del arte debería perderse.

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