Seong Jin Cho conquista el Carlos V

Crítica

El surcoreano vuelve a deleitar al público granadino con su dominio del piano y su conocimiento de los grandes clásicos

Jóvenes gigantes del teclado en Granada

Seong Jin Cho durante un momento del concierto.
Seong Jin Cho durante un momento del concierto. / José Velasco / Photographerssports
Jorge Rodríguez Morata

23 de junio 2024 - 17:25

El cine coreano está en un momento sublime, prueba de ello por ejemplo, Park Chan-wook y Bong Joon-ho, y es que no puedo olvidar Decision to leave. De ellos y otros podría desgranar la filmografía, de ser oportuno. Y en ese sentido, sin entrar en más artes me centro en la música, no solo en la pop, de la que exportan grupos que mueven legiones de seguidores en los países a los que van, sino en la académica, de la que el nivel es imponente. El principal ejemplo, ayer tocó en el Palacio de Carlos V, y no era su primera vez. Un repertorio maravilloso, interpretado por el músico surcoreano con observancia, rigor y delicadeza.

La propuesta era a priori muy concreta, dos autores, pero claro, si programas una primera parte con Ravel abres muchas puertas. El compromiso de Ravel con su historia hace que la música fluya desde el más refinado barroco francés. La interpretación del surcoreano de la Sonatine y sus tres movimientos fue un comienzo súbito e impactante de su Modéré para terminar de una manera absolutamente delicada en el Animé. Pasando por el homenaje a Schubert que son los Valses nobles et sentimentales, obra conformada por ocho valses modernos, desconcertantes e irreconocibles, a los que Ravel confiere una nueva forma y Seong Jin Cho nos lo mostró con su interpretación dotada de una impecable y rigurosa ejecución. Un Schubert que está siendo gran protagonista de esta edición del Festival y que suena con más cercanía que nunca. Finalizó la primera parte con Le Tombeau de Couperin, suite sobre la que el propio Ravel confesó que era un homenaje sobre todo a la música francesa del siglo XVIII.

Grandes intérpretes

I

Maurice Ravel (1875-1937)

Sonatine (1903-05)

Modéré

Mouvement de menuet

Animé

Valses nobles et sentimentales (1911)

Le tombeau de Couperin (1914-17)

Prélude. A la memoria del teniente Jacques Charlot III

Fugue. A la memoria de Jean Cruppi

Forlane. A la memoria del teniente Gabriel Deluc

Rigaudon. A la memoria de Pierre y Pascal Gaudin

Menuet. A la memoria de Jean Dreyfus

Toccata. A la memoria del capitán Joseph de Marliave

II

Franz Liszt (1811-1886)

Années de pèlerinage, Deuxième année «Italie», S. 161 (1846-49)

Sposalizio

Il Penseroso

Canzonetta del Salvator Rosa

Sonetto 47 del Petrarca

Sonetto 104 del Petrarca

Sonetto 123 del Petrarca

Après une lecture du Dante. Fantasia quasi Sonata

Siguiendo con este primer acercamiento a la velada de ayer, si en la primera parte con un solo autor has mostrado todo un extenso abanico de lugares, la apuesta se redobla, porque hablaremos de un solo autor, Liszt y de una sola obra, Années de pélerinage “Italie”, el peregrinaje a Italia que dedica el genio húngaro. Oportunidad de oír a Seong-Ji interpretar con la misma edad que Liszt tenía cuando hizo su gira por nuestro país. Anoche nos regaló la posibilidad de acercarnos a entender y experimentar los sentimientos y pasiones que el autor despertaba en los asistentes en sus conciertos por España. La conjunción de Liszt, acompañado de su querida Marie D´Agoult, en el mejor momento de su relación, con todo un año por delante en Italia nos llevará a lugares y autores que en manos de Liszt son mucho más. Año de peregrinaje a Italia, suite que exige y concede a los que anoche tuvimos la oportunidad de disfrutarla la posibilidad de realizar un íntimo viaje para tratar de percibir los sentimientos que suscitaron estas notas.

Sposalizio, Il Penseroso… piezas que convierten en música percepciones y emociones. Seong-Jin Cho ha hecho un estudio de las propuestas de Liszt que parece propio, gustaría poder preguntarle si es que acaso no ha estado todo un año con su pareja en la bella Italia, visitando las pinturas de Rafael, los monumentos de los Medicis o leyendo a Petrarca, porque ayer pareció que sí.

Aprés une lectura de Dante, impetuosidad, vigor y fuerza en cada una de las pulsaciones y gran final de la velada.

Seong Jin Cho, que declara enriquecerse en cada concierto y ver en ellos una gran oportunidad de aprendizaje, nos brindó la posibilidad de disfrutar de una jornada magistral, protagonizada por la precisión, el sentimiento y la delicadeza. Una noche para agradecer.

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