Tiene la melena muy larga y se la va cortar, así que mira a sus seguidores en un selfie con el que reclama sus orígenes de seductor innato. Miguel Bosé quiere volver a ser lo que fue, alejándose de la figura huraña y negacionista de la pandemia, esquivando las críticas sobre su polémico divorcio con Nacho Palau. Desde México, donde reside, se dirige a sus followers.

Es cierto que el cantante ha mejorado en su aspecto, ha cuidado más su cutis y no tiene el aspecto demacrado de meses atrás. Incluso esa melena que se quiere recortar le da un semblante más favorecedor.

Mientras, el cantante lidia con las deudas a Hacienda y a los acreedores de su empresa. La última noticia ha sido que ha hipotecado la casa heredada de sus padres, un chalet con una parcela de 10.000 metros cuadrados ubicado en Somosaguas, Madrid, y con un valor de  millones de euros. Bosé ha solventado la deuda principal que tenía con el fisco español que rondaba los 2 millones de euros poniendo en garantía esta costosa propiedad.

A falta de actuaciones, mientras mejora la voz, publicó un libro biográfico, El hijo del Capitán Trueno, con el que ha querido relanzar su imagen relatando sus vivencias juveniles y la evocación de sus padres, Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé.