La primera aparición de Rosalía en la gala fue cuando Becky G se le acercó y le preguntó sobre el video en el que la presentadora del evento bailaba en chándal y frente a la Giralda protagonizando una batalla con un grupo flamenco. “Yo vi el video y la verdad es que la gente aquí gritaba más cuando bailaban las del flamenco”, fueron las palabras de Rosalía haciendo una defensa de su arte.
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Y minutos más tarde, con su traje de chaqueta con estampado de lunares con el que ha homenajeado a Sevilla, recogió su premio a mejor colaboración por la canción Con altura. Llegó al escenario abrazando a Georgina Rodríguez, encargada de entregarle el galardón. Rosalía no lo dudó y se arrancó con su “Flores azules y quilates y si es mentira que me maten”. Y el público se vino abajo.
El momentazo de la artista llegó con su interpretación de Di mi nombre. Flamenco por doquier. Y ella totalmente entregada. Para esta ocasión se decantó por un conjunto de top y pantalón en color negro y rojo, todo con una iluminación y decorado con los que conseguían una ambientación de lo más flamenca. Porque fue todo muy flamenco. Muy trap. Muy ella. Muy nuestro. Y de nuevo, sin extravagancias. Ni falta que hicieron. Madre mía, Rosalía.
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