La princesa Ana amonesta al príncipe Enrique
La hija de Isabel II reprocha a los duques de Sussex su decisión de dar un paso atrás como miembros de la familia real.
Lo ha hecho en una entrevista en la revista Vanity Fair por su 70 cumpleaños, que se celebrará el próximo 15 de agosto.
Ana de Inglaterra, la única hija de Isabel II, ha regañado a su sobrino, el príncipe Enrique, por su decisión de salir de la familia real británica como miembro de pleno derecho. Lo ha hecho, de forma subrepticia, en su última entrevista en la edición norteamericana de la revista Vanity Fair con motivo de su 70 cumpleaños, edad a la que llegará el próximo 15 de agosto.
Acostumbrada a ver la dedicada labor de su madre a su país, a la princesa Ana le cuesta entender la visión que tienen las nuevas generaciones de las funciones de la realeza, especialmente en lo que respecta al trabajo benéfico, unas tareas con pautas bien claras que a su juicio no hace falta cambiar, como pretenden Meghan y Enrique. Es por ello que la tía del príncipe Enrique le ha dado un tirón de orejas metafórico a su sobrino en sus últimas declaraciones. "No deben olvidar lo básico", responde cuando se le pregunta por las perspectivas para ayudar a los demás que se plantea ahora el matrimonio. "No creo que esta generación más joven entienda lo que se estaba haciendo en el pasado. No reinventen esto, porque nosotros ya hemos estado ahí, lo hemos hecho. Y algunas de estas cosas no funcionan. Puede que tengan que volver a lo básico".
Un mensaje de amonestación que deja clara la postura de la princesa Ana con respecto a la decisión adoptada por los duques de Sussex, que se materializó precisamente a finales del mes pasado. La pareja vive estos días de confinamiento ahora con su hijo Archie en Los Ángeles, adonde les habrá llegado muy probablemente las palabras de censura de su tía.
Lo que más llama la atención de este asunto es que la princesa Ana parece haber olvidado que ella misma tomó una determinación muy parecida hace muchos años con respecto a sus propios hijos. Tanto a Peter como a Zara les correspondían por nacimiento los títulos de príncipe y princesa respectivamente, así como el tratamiento de alteza real, honores a los que su progenitora renunció cuando ellos vinieron al mundo, rompiendo con la tradición de los Windsor. "Creo que probablemente fue más fácil para ellos así, y creo que la mayoría de la gente argumentaría que hay inconvenientes en tener títulos, así que probablemente fue lo correcto", comenta sobre el tema la propia Ana.
Pero cuando los títulos corresponden a uno de sus sobrinos, y es él quien decide dar un paso atrás, parece ser que la princesa no opina lo mismo. Es más, lo considera un desagravio a la familia real y a todo el Reino Unido. Está claro que, también en la realeza, cada uno cuenta la historia como más le conviene.
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