La rotulación de una calle en honor a un transportista de La Carolina
Es un homenaje de Nescafé a 22 madrugadores que levantan el país con su labor a horas en que los demás duermen
Lo que cobran nuestros presentadores
En la localidad jiennense de La Carolina el transportista Ángel Ginés ha visto su calle rebautizada con una placa que lleva su nombre, en una iniciativa de Nescafé.
Seleccionado entre más de 1.500 candidaturas de “madrugadores” presentadas de toda España, Ángel forma parte de las 22 historias galardonadas para quienes comienzan a trabajar antes de que salga el sol.
La placa en La Carolina instalada por Nescafé se suma a las siete instaladas en las calles donde viven los homenajeados. Las otras quince se materializan en versiones digitales en Google Maps. Estas placas con los datos de los homenajeados no solo honran su trayectoria, sino que visibiliza la valiosa labor semi-invisible de cuantos trabajan en horas en que una gran mayoría está durmiendo.
La vida de Ángel Ginés es un testimonio de constancia anónima, a bordo de su camión. “He transportado de todo, pero sobre todo piezas clave para que las empresas funcionen y productos de primera necesidad lleguen a tiempo”, relata. Desde hace años este carolinense ha lidiado con el peso de vehículos pesados, las inclemencias del tiempo y la presión de plazos inexorables, entregando no solo mercancías, sino la certeza de que el engranaje social no se detiene. Su labor, que abarca desde suministros industriales hasta paquetes domésticos, encarna el hilo invisible que teje la economía diaria, a menudo ignorado hasta que falla.
Para Ángel, el verdadero valor del homenaje radica en su capacidad para elevar un oficio subestimado: “El trabajo de transportista no está lo suficientemente valorado. Nos exponemos a largas horas, al clima adverso y a la responsabilidad de la carretera, todo para que otros reciban lo suyo sin complicaciones”, confiesa con una mezcla de orgullo y reivindicación.
Este reconocimiento, que transforma su domicilio en un monumento vivo, no solo le ilusiona a él, sino que ha conmovido a su esposa, testigo inquebrantable del acto de colocación de la placa, un momento que ha convertido una calle anodina en un recordatorio colectivo de gratitud.
Hoy, al transitar por la calle Ángel Ginés, los vecinos de La Carolina no solo ven un nombre grabado ante su casa, sino es la representación de años de esfuerzo de un trabajador que está en plena faena cuando los demás duermen: el amanecer de un hombre asegura el de todos. Esta placa perpetúa en el espacio público la esencia de un esfuerzo que, sin fanfarrias, sostiene el despertar nacional.
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