Unas 240.000 mascotas quedarían desprotegidas en Granada si sus dueños no las incluyen en el testamento
Una disposición preventiva puede marcar la diferencia entre un animal cuidado en un hogar o uno en situación de desamparo
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Los animales de compañía forman parte de miles de hogares en la provincia de Granada. Perros, gatos o conejos se han convertido en mascotas que forman parte del día a día de sus dueños, quienes disfrutan de su afecto y compañía erigiéndose como pilares fundamentales a nivel emocional y familiar. Sin embargo, la situación de estos animales puede verse gravemente afectada si sus dueños fallecen o sufren una discapacidad que les impide cuidarlos.
La provincia granadina cuenta con 242.429 animales de compañía registrados, la mayoría perros (211.175), seguidos de gatos (29.702), según los últimos datos del Registro Central de Animales de Compañía en 2024. Por este motivo, el Colegio Notarial de Andalucía insiste en la importancia de planificar su futuro para garantizar que estos compañeros de vida reciban el cuidado y protección que merecen, incluso en las circunstancias más difíciles.
Según ha explicado la entidad en una nota de prensa remitida a este diario, "aquí es donde la función notarial cobra todo su sentido", puesto que el notario puede ayudar no solo a respetar la voluntad del propietario, sino también a garantizar el bienestar de los animales, evitando que acaben en una situación de desamparo o en un conflicto entre herederos. A través de disposiciones testamentarias o de medidas de apoyo expresadas en documento público, el notario asegura que cada mascota tenga un futuro cuidado, con la persona y en las condiciones que su dueño haya elegido.
Un cambio legal decisivo
Hasta la entrada en vigor de la Ley 17/2021, de 15 de diciembre, los animales eran considerados bienes muebles en el ordenamiento jurídico. Hoy, sin embargo, la normativa los reconoce como seres vivos dotados de sensibilidad, lo que ha supuesto un cambio trascendental en su régimen de protección.
En materia sucesoria, el artículo 914 bis del Código civil regula por primera vez qué ocurre con los animales de compañía en ausencia de previsión testamentaria. Así, si hay herederos interesados, se les entregarán. Si ninguno quiere hacerse cargo, la administración podrá cederlos a un tercero o centro autorizado. Si hay desacuerdo entre varios herederos, será el juez quien decida, siempre en atención al bienestar del animal. De manera provisional, pueden ser acogidos por protectoras o servicios públicos.
Ante esta nueva realidad, el notario se convierte en una figura clave para garantizar que los deseos del propietario se cumplan y que los animales queden protegidos. La previsión notarial permite:
- Designar en el testamento a la persona que cuidará de la mascota.
- Asignar recursos económicos para alimentación, cuidados y atención veterinaria.
- Nombrar cuidadores de confianza, evitando disputas posteriores.
- Establecer previsiones no solo en caso de fallecimiento, sino también en situaciones de discapacidad inhabilitante del propietario.
Manuel Seda, decano del Colegio Notarial de Andalucía, destaca que actualmente las mascotas forman parte de las familias andaluzas y merecen toda la protección jurídica. “La función notarial asegura que la voluntad de sus dueños se respete y que los animales nunca queden desprotegidos, ni en caso de fallecimiento ni en situaciones de discapacidad inhabilitante”, señala.
Prevención del abandono
En España se abandonan cada año decenas de miles de animales, y en muchos casos la causa es la falta de previsión cuando sus propietarios ya no pueden atenderlos. Una simple disposición testamentaria o preventiva puede marcar la diferencia entre un animal cuidado en un hogar o uno en situación de desamparo.
Finalmente, el Colegio Notarial de Andalucía anima a los ciudadanos a reflexionar, con motivo del Día Mundial de los Animales que se celebra este 4 de octubre, sobre la importancia de prever el futuro de sus mascotas. Incluirlas en el testamento, o prever su cuidado en caso de discapacidad inhabilitante, no solo garantiza el bienestar de los animales, sino que aporta tranquilidad a sus dueños, evita conflictos familiares y refuerza la seguridad jurídica.
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