Granada

A-92: Un pozo sin fondo

  • La autovía, que costó unos 600 millones, lleva otros 130 gastados en arreglos, de los que 80 corresponden a Granada

Manuel Chaves cortó la última cinta de la A-92 en septiembre de 2002, llegando a Almería. Era el eje vertebrador de la comunidad autónoma, un proyecto ambicioso de comunicar una costa con otra de Andalucía. Pero, mientras Chaves se congratulaba del hecho, los operarios trabajaban en reponer el firme de esa misma carretera en la variante de Granada, a la altura de Alfacar, y en Huétor Santillán, donde ese mismo año, 2002, se había producido el último desprendimiento de tierra de muchos tantos que dejaron la carretera inutilizable.

Pero sólo era uno de tantos. En 1991 hubo un corrimiento de tierras en Guadix que obligó a retrasar un año la inauguración de ese tramo y que serviría de prolegómeno a lo que ocurriría más adelante. Después fue Loja, en 1995, después Gor, en 1998, y Diezma, en 2001. Curiosamente, en aquel entonces el desprendimiento se produjo cerca del kilómetro 269. Hace tres días, la tierra se comió el asfalto en el punto kilométrico 271, donde se sigue trabajando para despejar la vía aunque se han habilitado carriles para la circulación de los vehículos. A eso se suma que en Jun, la semana pasada, un socavón de treinta metros hace las veces de barranco en lo que tendrían que ser los dos carriles de una de las autovías más importantes de la comunidad y que está por arreglar en un plazo de dos a tres meses.

Pero es que ya en el año 2000, dos años antes de que se diera por terminada una carretera que está continuamente de obras, de parcheos, de adecentamiento o pintando sus carriles, un estudio avalado por la que entonces era La General, hoy CajaGranada, venía a decir que a pesar de ostentar en aquellas fechas el apelativo de "uno de los proyectos públicos más caros" llevados a cabo por una comunidad autónoma, la A-92 tenía "graves" deficiencias que la estaban convirtiendo en "extremadamente costosa" tanto en términos económicos como sociales debido a que se hizo con "prisas".

De hecho, tras el citado desprendimiento en Diezma -repetido casi una década después-, donde la tierra se comió por entero el asfalto, los expertos señalaron que el trazado de la autovía se había realizado sobre la falla del Guadalquivir, lo que la hacía susceptible de tener problemas en un futuro. Se eligió un trazado sobre un terreno sobre el que, como reconoció la Junta en su momento, no se hicieron estudios geotécnicos previos porque en esa fecha únicamente se hacían sondeos en puntos concretos.

El caso es que el coste total de la A-92 fue de unos 600 millones de euros, a razón de casi millón y medio por kilómetro de autopista. Pero a esa cantidad final hay que sumar otros tantos que se destinan prácticamente todos los años para arreglos y parcheos. Hay quien maneja la cifra de que esos arreglos han supuesto un coste de 130 millones -80 únicamente en Granada- a los que ahora habría que sumar los 6,5 millones destinados a solventar el abismo de Alfacar.

"Hay deficiencias desde el principio. Por ejemplo, la capa asfáltica no era de 25 centímetros, como es lo adecuado en ese tipo de vías, sino sólo de doce. Por eso está constantemente afectada", indica el diputado autonómico del PP Antonio Ayllón. Así, destacó que los problemas en la A-92 a su paso por la provincia de Granada "han sido una constante" desde que existe esa autovía, que se abrió al tráfico en dos fases. El primer tramo funciona desde 1993 y es el que conecta Granada con Sevilla. El segundo, hasta Baza, desde 1997.

"Ha habido un rosario de incidencias", detalló el diputado, que dice haber pedido oficialmente los datos sobre lo que cuesta el mantenimiento de la carretera. "No me los han dado porque esas cosas quieren ocultarlas", dijo, pero sí recordó que, sólo en 1998, la Junta gastó "63 millones de pesetas por kilómetro" en esos menesteres en el conjunto de Andalucía, una cifra que le parece altísima habida cuenta de que la autovía estaba recién hecha y que en su momento costó 200 millones por kilómetro construido.

Aunque mencionó antiguos problemas en la zona de Poniente -en Loja o en el cruce de Salar, por citar dos- hizo más hincapié en los que se han producido en el tramo entre Granada y Baza, el que ahora presenta el gigantesco boquete a su paso por Alfacar. Un desperfecto que, precisó el parlamentario popular, se localiza en un tramo por donde pasan 26.000 usuarios al día. "Allí, en Alfacar, ha habido ya varios incidentes. Y en Huétor Santillán, que está cerca, también. A la hora de hacer ese tramo eligieron el trazado más corto y más barato, en una zona que es muy difícil por su orografía y en la que, además, ni siquiera hicieron un estudio geotécnico general de la zona, sino estudios puntuales. Por eso ha habido que acometer tantísimas reparaciones", abundó.

"Todo ello -continuó- por no hablar de que en la construcción de la A-92, además de retrasos injustificados, hubo tramas de corrupción como lo que se llamó el caso Ollero. La A-92 es un resumen claro de la mala gestión socialista, con políticos en puestos de técnico, retrasos, inversiones millonarias que después precisan de muchísimo dinero extra porque están mal hechas...", concluyó.

Para contraponer a las deficiencias, Analistas Económicos -organismo dependiente de Unicaja- realizó un estudio editado por Giasa -empresa pública de infraestructuras- en las que se concluía que la construcción de la autovía permitirá el ahorro de más de 3.000 millones de euros en concepto de costes del tiempo de viaje, de reducción de la congestión y del número de accidentes en los 30 años de vida útil que se considera para este tipo de proyectos. De hecho, según ese estudio realizado en 2001 aseguraba que, de no haberse construido, Andalucía habría crecido 0,32 puntos menos.

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