Absuelto el policía local acusado de robar la pistola de 'Pavarotti'

La jueza cree que los hechos fueron "una broma de mal gusto", pero no un delito de robo

El abogado Domingo Domingo con la sentencia, ayer en los juzgados.
El abogado Domingo Domingo con la sentencia, ayer en los juzgados.
Y. Huertas Granada

21 de julio 2015 - 01:00

Todo fue "una broma de mal gusto". Esta ha sido la conclusión a la que ha llegado la jueza de lo Penal 6 de Granada, Elia María Lozano, para absolver al agente de la Policía Local de Granada, P.G.L., que se enfrentaba a año y medio de prisión por haberse llevado una pistola y un pocket de la taquilla de un compañero, conocido como 'Pavarotti' por su ímpetu con el silbato. Así consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Granada Hoy y que puede ser recurrida ante la Audiencia de Granada.

Aunque la jueza no considera que los hechos constituyan un delito de robo, pues lo ocurrido "no puede convertirse en una conducta tipificada penalmente", reprocha al acusado su forma de actuar, la cual tilda de "inapropiada" para compañeros de trabajo. "Y más aún si el cargo que se ocupa es de agente de la autoridad, pues difícilmente -indica la resolución- se puede pedir civismo y buen comportamiento a la ciudadanía si no se predica con el ejemplo".

Al margen de esta reprimenda, la jueza entiende que los hechos no tienen relevancia penal , ya que no hubo ánimo de enriquecerse, y recuerda, además, que ni el arma reglamentaria ni el pocket -un radio transmisor policial- debían estar en la taquilla, un extremo que fue subrayado en el juicio por el abogado defensor del acusado, Domingo Domingo. Así recuerda que el propio agente 'Pavarotti' reconoció que "tienen la obligación de dejarlos en el armero, si bien por rapidez no lo hizo ese día, habiendo sido sancionado disciplinariamente por tales hechos".

También descarta la jueza que el acusado cometiese un delito de coacciones, "ya que en ningún momento se aprecia que el objetivo del acusado fuera el de impedir el trabajo" a 'Pavarotti', "sino simplemente dejar latente la situación de malestar que había en el cuerpo de la Policía Local con el compañero". De hecho, la sentencia recoge que la desaparición del arma de 'Pavarotti' no supuso su inactividad, sino que estuvo trabajando en el interior de las oficinas policiales.

La juzgadora insiste en que conductas como la llevada a cabo por el acusado deben ser "atajadas de raíz por aquellos a quienes compete la organización, disciplina y el control de sus funciones", pues son merecedoras de una sanción administrativa, pero no de un castigo penal.

Los hechos se remontan al 4 de febrero de 2013, cuando, sobre las 5:00 horas, el acusado desencajó la taquilla de 'Pavarotti', en la Huerta del Rasillo, logrando abrirla sin llegar a forzar la cerradura, "y sustrajo del interior todos sus efectos, los cuales sin llegar a verlos depositó en una caja que posteriormente trasladó a su domicilio". Dejó también un anónimo.

Como consecuencia del "revuelo" que se había montado en comisaría, comprobó que entre los objetos estaba el arma y el pocket, por lo que volvió a comisaría y los depositó en el interior del casco encima de otra taquilla, realizando una llamada de aviso indicando el lugar donde estaba. Luego restituyó el resto de los efectos que se llevó. El fallo no considera acreditado que el acusado rociara con ketchup la taquilla de 'Pavarotti' ni que escribiera "esquirol cabrón".

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