Absuelto un vecino de Íllora de violar a una menor a la que conoció en un 'chat'

El fiscal retiró los cargos por las contradicciones de la chica y las conclusiones forenses

Y. H. / Granada

11 de noviembre 2009 - 01:00

Enrique A.P. llegó ayer a la Audiencia de Granada con el nerviosismo propio de un reo. La Fiscalía le acusaba de agredir sexualmente a una menor de 15 años, a la que había conocido en 2006 por internet. Le podían caer 10 años de cárcel. Entró en la sala con un maletín transparente lleno de documentos y se dirigió, orientado por su abogada, al banquillo de los acusados. Allí se sentó, confiado en que en el juicio se demostrase que la supuesta víctima y él habían tenido un romance.

Y el desenlace fue el que Enrique, vecino de Íllora y de unos 40 años, esperaba. Salió absuelto del Palacio de la Real Chancillería tras algo menos de dos horas de juicio. "¿Puedo hacer una pregunta?", dijo Enrique antes de abandonar la sala de vistas de la Sección Segunda. El presidente del tribunal asintió. "¿Y que pasa con los destrozos de mi casa?". El magistrado le aconsejó que eso lo hablara después con su abogada. El juicio quedó visto para sentencia, que será absolutoria, ya que el fiscal, que era la única parte acusadora en el procedimiento, decidió retirar los cargos que había formulado contra el procesado.

Los daños a los que Enrique se refirió se produjeron el 17 de marzo de 2007. La joven, que vivía en un pueblo del cinturón con sus padres, había dejado al parecer un escrito diciendo que se marchaba de casa. Sus parientes la buscaron entonces en Íllora. Se presentaron en el domicilio de Enrique, donde según éste "comenzaron a dar golpes en la puerta". Cuando la Guardia Civil llegó encontró una tensa estampa: una quincena de personas había accedido al interior de la casa del acusado, que sólo vestía una toalla, al igual que la chica. La puerta había sido forzada.

Después de aquel episodio, Enrique fue encausado por la presunta violación de la menor, una gravísima acción, que el hombre siempre ha negado haber cometido. En su declaración, de hecho, aclaró que ambos se habían conocido en "un chat de televisión" y que mantenían encuentros amorosos con relaciones sexuales siempre consentidas. "Nunca la he forzado ni la he sujetado por las manos", indicó, agregando que su idilio duró aproximadamente un año.

Tras la declaración de Enrique, tocó el turno a la supuesta víctima, que declaró separada del procesado por una mampara. La chica, que se refirió a Enrique en todo momento como "ese señor", explicó que si accedió a encontrarse varias veces con él (no quedó claro cuántas) fue por "miedo" a "sus amenazas". Las supuestas agresiones sexuales se producían, según detalló, en el coche del acusado, en un "descampado" próximo al domicilio de sus progenitores. La joven estuvo durante toda su intervención serena. Ni lloró ni se alteró.

Una psicóloga forense que la reconoció el año pasado para calibrar la veracidad de su versión, afirmó que en las distintas entrevistas que mantuvieron la chica hablaba del procesado como "su novio". La perito, que resaltó las "contradicciones" que había detectado en el relato de la adolescente, expresó sus "serias dudas" de que el episodio de la supuesta agresión sexual en la vivienda de Enrique fuese real.

El último en declarar antes de la absolución del procesado fue el guardia civil que instruyó las diligencias el día en que los familiares irrumpieron en su domicilio. El agente confirmó que no hallaron a la menor atemorizada ni ella manifestó en ningún momento que la habían violado. Es más, "decía que no quería irse con sus padres".

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