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Adiós al Saudade Lisboa, el rincón más delicioso de Portugal en el centro de Granada

Persiana echada del Saudade Lisboa

Persiana echada del Saudade Lisboa / Instagram

Se acabaron los pasteles de nata. El Saudade Lisboa ya es historia, y a tenor de la reacción en redes sociales, se quedará en el recuerdo de muchos granadinos. El pequeño negocio de restauración situado en la calle Paz, especializado en productos gourmet portugueses, acaba de anunciar su cierre definitivo en una publicación en su cuenta oficial de Instagram, la cuenta que le aupó al éxito desde incluso antes de que abriera sus puertas el 30 de enero de 2021.

"Cerramos puertas. Muchas gracias a todos los amigos, familiares y clientes que nos han acompañado hasta aquí", reza el mensaje publicado por Luís Silva, el lisboeta que fundó el Saudade Lisboa. Por último, anunciaba que el local se ponía en traspaso, acompañado por una foto del negocio con la persiana bajada.

El Saudade Lisboa era un local pequeño, modesto, pero del que manaba la mejor de las esencias de Portugal. En particular, sus famosos pastéis de Belém, los más genuinos que se podían encontrar en Granada y que poco o nada tienen que envidiarle a los originales nacidos junto a las murallas del Mosteiro dos Jerónimos. Ello, acompañado de un café o una infusión, hacían acogedora la más fría tarde del invierno granadino.

Aparte de los pastéis, en el Saudade se podían encontrar todo tipo de productos típicos del por desgracia desconocido país vecinos para muchos españoles. Desde delicatessen como conservas de pescado a los valoradísimos patés de bacalhau sardinha, pasando por una buena variedad de vinos denominación de origen Douro y Porto, la que nunca indiferente salsa piri-piri, o licores como la amarguinha del Algarve o la ginginha lisboeta.

Todo en un ambiente cuidado y exquisito, sonando por los altavoces del local desde el fado a la bossanova, de Mariza a António Zambujo, y a olor del obrador horneando los pasteles de nata. En las paredes, colgadas golondrinas de cerámica. Se dice que "cuando regalas una golondrina, estás dando una parte de tu ser que se queda ahí, junto a esa persona en su hogar". Y el Saudade Lisboa vino para muy poquito tiempo, pero para quedarse siempre en los paladares de los granadinos.

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