Granada

Adiós al verano de las medusas

  • En el litoral granadino se registraron más de 10.000 curas por picaduras de invertebrados en Motril, Salobreña y Almuñécar · Ayer las playas se saturaron

La Costa lucía ayer un aspecto más propio de agosto que de mediados de septiembre. Numerosos bañistas aprovecharon las altas temperaturas del fin de semana para vivir las que pueden ser las últimas jornadas de playa del año.

Aunque el verano acaba el 23, los ayuntamientos han dado por finalizada su campaña con la presencia de los últimos días de Protección Civil y Cruz Roja en las casetas y puestos de vigilancia. En el caso de Motril, los voluntarios de la agrupación dirigida por David Orihuela incluso decidieron estar un día más "gratis", es decir, sin que vayan a reclamar las dietas del domingo. El motivo, según argumentan, es para no dejar al público "colgado la mitad del fin de semana" y también para acercar posiciones después del pulso que le echaron al equipo de Gobierno por las cantidades que les adeudan.

Una vez hibernados los materiales, toca hacer balance del verano. Y todos los grupos coinciden en que las estrellas del verano han sido sin duda las medusas. Tan sólo en Motril, se han registrado más de 3.500 curas por picaduras efectuadas por Protección Civil este verano. En agosto, el número llegó a 2.165. Por municipios, en Salobreña hubo 2.921 actuaciones entre julio y agosto, mientras que en Almuñécar el número llegó a las 4.281, un 179,4% más que el año pasado, según Cecilio Fajardo, el jefe de Protección Civil de la ciudad sexitana. Son unos datos sin precedentes en el litoral granadino.

Además, se da la circunstancia de que muchas de las picaduras no se han producido dentro del mar, como se pudiera esperar, sino fuera, por haber pisado (sobre todo, niños pequeños) una medusa. "Algunas personas creen que al salir del agua la medusa ya deja de ser urticante y, sin embargo, hay 15 minutos en los que todavía causa efecto, por lo que es recomendable enterrarla", comentó el jefe de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Motril, David Orihuela.

La meteorología tampoco acompañó en agosto, ya que cuando no eran las medusas, se había metido el viento de levante o el de poniente, con olas o con el agua fría, o bien hacía de todo un poco a la vez. Sin embargo, septiembre sí está siendo un buen mes para la playa, con días favorables para disfrutar del sol y del mar y menos medusas.

Los días en la campaña de playas han transcurrido entre curas de heridas por pequeños cortes, sobre todo, por la inconsciencia del público que arroja elementos cortantes a la arena, como cristales. También han atendido heridas por sobaduras y arañazos, sobre todo, por caídas en bicicleta o personas mayores que se han resbalado en los servicios o en las duchas.

Orihuela recordó algunas anécdotas durante tantas horas en las que permanecen los voluntarios en la playa, como la de un niño al que se le quedó metido el bañador en la zona del prepucio. "El padre y el niño, de unos cuatro años, lo pasaron muy mal, lloraba ..." Sin embargo, gracias a su actuación, todo quedó en un susto.

También se registró un golpe de calor de una persona mayor que no observó las precauciones habituales de protegerse del sol, sobre todo, la cabeza, durante las horas centrales del día.

Este año no ha habido que lamentar ningún ahogamiento, en contraposición con el verano negro del año pasado. "Sí es cierto que hubo un conato, que gracias a la actuación rápida de los voluntarios de sacar a la persona del agua no llegó a más", subrayó Orihuela.

Las picaduras no sólo han sido de medusas, sino también de abejas, pulgas o tábanos. Ha habido otras más graves, que han requerido traslado a los heridos al Hospital. Estos han sido los casos de picaduras de peces araña, cortes profundos con hélices de barcos, reacciones de picaduras de medusas en zonas delicadas como los ojos o el pecho (en el caso de mujer en topless) porque la persona tuviera alergia. En estas situaciones, se han llevado al centro hospitalario por precaución, sobre todo, a niños.

Las quemaduras siguen siendo uno de los capítulos habituales, aunque cada vez menos, por la mayor conciencia del público. Este año, tan sólo se han dado diecinueve casos por exceso de exposición al sol. También se dieron otros supuestos menos graves, pero que también tienen importancia para los que los sufren, como las rozaduras de chanclas o golpes leves.

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