Granada

Águilas, yugos y flechas

  • El águila alude a San Juan. La simbología del yugo y las flechas va desde la Roma de Virgilio hasta la isla de Puerto Rico. Un estudiante de Guadix la implantó en Falange.

PASEANDO por el Albaicín, con parada obligada ante la portada gótica de Santa Isabel la Real, no dejo de reflexionar sobre los llamativos símbolos que allí aparecen en un descarado primer plano: el yugo y las flechas adornados con los cordones de las ordenes religiosas.

Fue nada menos que el poeta Virgilio en el siglo I a. C. el primero que aludió al valor simbólico del yugo (trabajo, sumisión) y las flechas (guerra, conquista) en las Geórgicas y en la Eneida como símbolos imperiales. Los lictores romanos tomaron como distintivo de fuerza y unidad el haz de flechas; los fasces o haces, de donde se deriva luego lo de fascio y fascismo. De ahí lo tomaron los fascistas italianos de Mussolini y sus imitadores.

Aunque la cosa no está muy clara, parece que estos símbolos, junto al 'Tanto Monta', fueron aconsejados a los Reyes Católicos por un sevillano muy listo de nombre Antonio Martínez, natural de Lebrija, más conocido por Antonio de Nebrija, autor de la primera Gramática Castellana escrita en lengua vulgar y dedicada a la reina Isabel. Me ilusiona que fuera andaluz.

Luego, a modo de jeroglífico, se identificaba el yugo como la unión de ambos reyes y su primera letra era Y (de Ysabel); así como que las flechas fueran la representación de la unidad de los reinos y que la palabra se iniciara con F (de Fernando). Se adornaban los escudos con la planta del hinojo, hierba al final de cuyo tallo se agrupan las florecillas como símbolo de unidad; además de que el hinojo se dijera Finojo (con F de Fernando) en Aragón, e Ynojo (con Y de Ysabel) en Castilla.

Se añadió la Granada, recién conquistada, en el ángulo inferior del águila de Patmos, isla griega donde el evangelista Juan escribió el Apocalipsis. La devoción de Isabel a San Juan era ferviente: tanto su padre como su suegro llevaban ese nombre; ella misma se coronó el día de San Juan; nuestra Capilla Real está al santo dedicada; en Toledo levanta San Juan de los Reyes; dos de sus seis hijos eran Juan y Juana la Loca; y una de las más importantes calles granadinas es llamada también San Juan de los Reyes. Por eso Granada se llena de águilas, yugos y flechas.

EMBLEMA FASCISTA

Y mira por dónde sería precisamente otro granadino, el periodista Juan Aparicio López, estudiante de la facultad de Derecho y alumno del socialista Fernando de los Ríos, quien, recogiendo un comentario que sobre el fascismo hizo el profesor, ingeniara el casamiento del yugo y las flechas como emblema de las JONS, que luego diseñaría el tradicionalista burgalés Roberto Escribano para que figurara entre los símbolos más representativos de la Falange. Aparicio llegó a ser Director General de Prensa y del diario "Pueblo" en 1946. Y en el escudo de su precioso pueblo, Guadix, yugos y flechas están bien grandes.

Por un Decreto del año 1938 se fija el águila con sus nuevos símbolos como escudo de la dictadura de Franco hasta diciembre de 1981, en que desaparece el águila, lo de "Una, Grande, Libre", el yugo y las flechas y la corona pasa de imperial a real. No sería lógico que símbolos históricos de siglos quedaran estigmatizados por 40 años de dictadura.

Yugos y flechas aparecían en las monedas y en la heráldica nacional siglos antes del movimiento falangista; por ejemplo, aparecen en los escudos de Málaga y Marbella, e incluso se exporta a la América recién conquistada, hasta el punto de que los vemos en el primer escudo cuando se otorga a la bella Puerto Rico en 1511, cuya capital es precisamente San Juan.

En Granada la sede de águilas, yugos y flechas está lógicamente en la Capilla Real: desde los que aparecen en el tímpano de acceso a la Catedral, a los del precioso escudo de la reja del Maestro Bartolomé, pasando por los que figuran en el empedrado granadino de la calle Oficios, en la Lonja, en la verja que da a la Gran Vía; en la Puerta del Perdón de la calle de la Cárcel, en la reja de acceso al patio del Ayuntamiento y hasta en la Puerta de la Justicia de la Alhambra.

Hora va siendo ya de que se asimilen estas pinceladas de nuestra Granada de ayer porque, aparte de lo interesantes que son, podrían evitar hoy penosas confusiones que ya cansan. Menos mal que para eso está el descanso de agosto. Con permiso.

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