En 1964 será recordado por muchos motivos. En el sector doméstico porque ese año llegó el gas butano a Granada. En el sector turístico porque vino a la ciudad de la Alhambra Agustín Lara, el cantante mexicano que había compuesto una hermosa canción a Granada sin conocerla. Y en el apartado de las tragedias, la sucedida en octubre en el pico del Goterón, donde se estrelló un avión con ochenta pasajeros a bordo, 24 de ellos niños. Murieron todos. Pero ese año pasaron más cosas.

Al gas butano le costó introducirse en Granada. Muchas amas de casa creían que si arrimabas una cerilla a una bombona podía explotar y causar una tragedia. Hasta ese momento en las cocinas de los hogares granadinos alternaban las hornillas del gas lebón –que obligaba a manipular el contador con una perra gorda– con las de carbón de toda la vida, las que recibían el oxígeno a través de los soplillos de esparto. También en otros hogares, pero menos, estaba el infiernillo de petróleo. El caso es que en poco tiempo el gas butano se fue imponiendo y obligó al cierre de la Compañía de Gas Lebón en Granada. No era rentable. Sus 71 kilómetros de red subterránea solo abastecían a 1.600 abonados en toda la ciudad. Había pues que cambiar de gas.

El acontecimiento social granadino del año fue la visita del cantante mexicano Agustín Lara, el compositor que había permitido que la canción Granada se conociera en todo el mundo. El responsable de traerlo fue Antonio Gallego Morell, recién nombrado delegado de Información y Turismo. Quería con esta visita agradecerle al charro mexicano su canción dedicada a la ciudad de la Alhambra. La ciudad no reparó en gastos para que viniera el cantante. Como ya tengo escrito, incluso se contrataron a las 'misses' elegidas en concursos de belleza para que estuvieran esas fechas en Granada, cosa que no disgustó en absoluto al mujeriego 'Flaco de oro', como se le conocía al cantante. Gallego Morell movilizó a todos los medios de comunicación para que hablaran extensamente de la visita. El día 14 de junio llegó el cantante y la ciudad se volcó con él. En una entrevista radiofónica que se le hizo, Agustín Lara confesó que estaba convaleciente de una enfermedad en el hospital Juárez de México cuando un amigo suyo le regaló un libro llamado Embrujo de Sevilla. La lectura de este libro despertó en él las ganas de componer algo sobre España. Y así compuso Granada, "sin conocerla, soñándola", confesó en la entrevista.

La canción fue todo un éxito. Se cantó en más de treinta películas y no había español emigrante que al oírla no se le pusieran los pelos de punta. Por eso en Granada Agustín Lara fue recibido con bombos y platillos. Estaba como alcalde Manuel Sola y la ciudad le regaló una parcela de 1.000 metros cuadrados en Sierra Nevada para que el cantante se construyera una casa. Además, fue nombrado hijo adoptivo de Granada.

En agosto de 1965 Lara volvió a Granada, pero ya en visita privada. Se alojó en la casa del alcalde Manuel Sola. Allí pasó noches de mucho güisqui y piano, pero de los terrenos en Sierra Nevada y de la casa nadie le dijo nada. José Luis Entrala dice que al bohemio mexicano tampoco le importó mucho el que no le hablaran de la casa prometida, porque le bastaba con la intención. El caso es que en 1970 moría Agustín Lara y hasta aquí vino un compatriota para llevarse tierra de Granada y echarla en la tumba del cantante. En la capital le levantamos una estatua que está en la plaza del Ángel. Fue inaugurada en febrero de 1992, siendo alcalde Jesús Quero. Vino a su inauguración desde México el poeta Manuel Benítez Carrasco y la viuda de Agustín Lara.

Un avión se estrella en Sierra Nevada 

En cuanto al suceso más trágico acaeció en un pico de Sierra Nevada. En la madrugada del dos de octubre se había perdido la pista de una aeronave que había salido de París en dirección a Port Etienne, en Mauritania. Iban ochenta pasajeros, cinco de ellos pertenecían a la tripulación. En un momento determinado se perdió el contacto con él. Radio París dijo en sus 'ultimas noticias' que el avión había caído en el mar Mediterráneo, a 45 millas de Mazarrón. Al parecer, un petrolero inglés había recogido unos restos del avión y unos supervivientes. "Cae al Mediterráneo un avión francés con ochenta pasajeros", fue el titular de los periódicos a la mañana siguiente.

Rescate de los fallecidos en el Goterón.

Pero el avión no había caído en el mar. Lo vieron estrellarse en la sierra granadina un pastor de Laújar y un sargento de la Guardia Civil de Berja, que informó a sus superiores que había visto la caída de un objeto envuelto en llamas cerca del Veleta. Fueron momentos de confusión. A pesar de que la tesis oficial era la caída en el mar, un grupo de cinco voluntarios movilizados por la Guardia Civil partió desde Trevélez para buscar los posibles restos del avión. A eso de las siete de la mañana del día tres, un guardia civil y un vecino de Trevélez, "atisbaron una mancha negra cerca de la cumbre de la Alcazaba. Se dirigieron a ella y, tras llegar al lugar, encontraron los restos del cuatrimotor: ningún signo de vida, solo desolación", explica Michel Lozares en un libro sobre este accidente. Enseguida se dio a conocer el suceso. Al día siguiente Ideal y Patria dieron la noticia. A través de las crónicas de los enviados especiales y de las fotos de Torres Molina, los lectores pudieron calibrar la magnitud de la tragedia. Se decía que el avión se había estrellado en el abrupto e inaccesible paraje del Goterón, a más de tres mil metros de altura, lo que hacía extremadamente difícil el rescate. A partir de ahí los enviados a la montaña necesitaron hacer de tripas corazón para realizar su labor. Tenían que meter en un tipo de sacos los restos humanos esparcidos en un radio de más de doscientos metros y en otro tipo de sacos las pertenencias para lograr identificar a los cadáveres. Veinticuatro de ellos eran niños. Al final solo se pudieron identificar a cinco personas. La mayoría de las víctimas de este accidente recibieron sepultura en una fosa común en el cementerio granadino de San José y nueve meses más tarde se inauguró un mausoleo en dicho camposanto.

Nace el Banco de Granada

La noticia económica de ese año fue la creación del Banco de Granada, que se había solicitado al Ministerio de Hacienda en 1963. Estaba apoyada esa solicitud por la demanda de un extenso estudio socioeconómico que explicaba las ventajas que la entidad reportaría al desarrollo de la provincia. Sus estatutos fueron aprobados en noviembre y la firma de la escritura fundacional se efectuó en marzo de 1964. Al suscribirse el testimonio notarial los fundadores desembolsaron cien millones de pesetas, el 50% del capital social del nuevo Banco. La otra mitad se ofreció a la suscripción popular. Ocuparon los cargos de presidente y consejero delegado los hermanos Miguel y José RodríguezAcosta, que fueron los promotores de la iniciativa. El Banco de Granada tenía como principal objetivo la participación y financiación en iniciativas empresariales. No obstante, en la práctica también funcionaba como un banco comercial y una caja de depósitos, en el que buena parte de granadinos confiaron sus ahorros.

Acto de la firma de la creación del Banco de Granada.

Para finales de 1978, el Banco de España ya había detectado una excesiva concentración de créditos en las empresas industriales participadas por el propio banco. El resultado inmediato fue una pérdida de liquidez que no conseguían corregir con la lenta entrada de depósitos de los impositores. Según cuenta Gabriel Pozo, "los rumores de falta de liquidez corrieron como la pólvora entre los clientes, que hicieron cola en las ventanillas para retirar sus ahorros". La situación empeoró y el Banco de España decidió intervenir el Banco de Granada. Eso ocurría por enero de 1979. El consejo de administración fue disuelto.

En julio se inicia formalmente la primera fase del Plan Municipal de Sierra Nevada y se crea Cetursa (Centros Turísticos Sociedad Anónima) que se convertiría en la empresa que gestionaría la estación de esquí. Ese año vendría a Granada dos veces el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne. La primera visita fue en abril, durante la cual visitó Sierra Nevada, el pantano de Cubillas, Lanjarón, Salobreña y Almuñécar. En Lanjarón quedó prendado por el jamón alpujarreño y en Salobreña por la belleza de la silueta de su castillo en el horizonte. La segunda visita fue en junio, durante la cual inauguró la antena de televisión de la Sierra de Lújar.

Obras en la Gran Vía.

En ese año se coloca la primera piedra de la Ciudad de los Niños, se inauguran las nuevas instalaciones de la fábrica de cerveza La Alhambra, se abre la cafetería Lyon en la calle Monterería y se cierra el café España en Plaza Nueva. También se abre al público el Museo del Sacromonte y se pone en marcha la estación de la Alsina Graells en el Camino de Ronda. Granada progresa adecuadamente, que diría un profesor de primaria.

Se recupera el Día de la Cruz

En 1964 Gallego Morell recuperaría para Granada el Día de la Cruz. Los vecinos de los barrios compitieron entre sí para levantar la cruz más vistosa y sacaron a la calle sus mantones de Manila, sus relucientes peroles de cobre y las antiguas colchas de la abuela. Ese año se levantaron catorce cruces. Hasta los empresarios de la plaza de toros contribuyeron al realce de la fiesta organizando la novillada del Día de la Cruz. Luego en los años ochenta, la fiesta desbarraría en masificados botellones de alcohol y juerga. Pero eso es ya parte de lo que llaman progreso.

Dia de la Cruz en 1964

Aquel año, en las cruces se ponían sevillanas y cante flamenco, pero había quien ponía canciones de la granadina Gelu, que en 1964 sería declarada por los oyentes de la cadena Ser la "mejor cantante femenina española". Entonces no había listas de ventas, pero el citado programa era escuchado por un millón de personas cada tarde, así que cabe deducir que su popularidad fue inmensa.

Por aquella época casi todo el mundo tenía en mente aquella canción de "por qué por qué, los domingos por el fútbol me abandonas". Gelu no solo triunfó en España, sino que fue una cantante muy querida en Argentina y México.

1964 será un año muy fructífero para Enrique Morente, que graba el primer disco Cante Flamenco con cañas, soleás y seguiriyas. Morente tenía por entonces 25 años. Es tiempo de guateques y de música pop y en Granada surgen grupos musicales como setas. En 1964 es declarado mejor grupo musical de Granada por los lectores del diario Ideal Los Windy's, que se había formado en 1961 y estaba en todos los saraos en donde hubiera guitarras y baterías. Tocaban en el Neptuno y sus componentes siempre iban trajeados. También el novelista granadino Jenaro Talens publica en 1964 su primera novela En el umbral del hombre. Y el periodista Tico Medina escribe el guion de la película La niña de luto, de Manuel Summers. Hablando de películas, en 1964 Granada fue convertida en Beirut para el rodaje de la cinta A escape libre, cuyo actor principal fue Jean Paul Belmondo. Los granadinos pudieron presenciar una impresionante persecución policial con coches por la cuesta del Caidero, la Antequerela Baja y la Cuesta del Realejo. La Alcaicería fue convertida en un zoco libanés en donde sucede un asesinato. En fin. Cosas del cine.

La cantante Gelu en 1964.

Ese año los príncipes Juan Carlos y doña Sofía visitaron varios pueblos de la provincia de Granada y los embalses de Los Bermejales y Canales.

El rector de la Universidad de Granada, Emilio Muñoz Fernández, está empeñado en que Granada sea la primera ciudad universitaria de España y de las más importantes de Europa y adquiere los terrenos para la construcción de varias facultades y colegios universitarios. Ese año se pone en marcha la Facultad de Ciencias y comienzan los estudios de Matemáticas.

En 1964 mueren en Granada 913 personas, 25 menos que el año anterior. Aunque las muertes más sentidas por los granadinos en general fue la del músico Ángel Barrios y la del filólogo Julio Casares, que además era diplomático, compositor, crítico literario y hasta violinista: sin duda uno de los granadinos con más prestigio intelectual del pasado siglo. También muere Manuel Hurtado y García, que había nacido en Arenas del Rey y que llegó a ser nombrado arzobispo de Tarazona. Ese año nacerán dos socialistas de peso: Clara Aguilera y Ángel Díaz Sol. A este último lo perdimos recientemente.

En 1964 el Granada sigue en Segunda División. Los granadinos aficionados al fútbol tienen en la memoria aquel gol de Marcelino con el que España la ganó a Rusia, con Franco en el palco del Santiago Bernabéu. Aquello fue algo más de un triunfo deportivo ya que suponía haberles ganado a los comunistas del 'oro de Moscú'. No le podía ir mejor al Régimen en su celebración de los 25 años de paz.