Según la Junta, de las casi 293.000 toneladas validadas en Andalucía en los dos procesos de licitación, un total de 195.500 toneles pueden beneficiarse de un mayor número de solicitantes.

Faeca también insta a aprobar cuanto antes un nuevo almacenamiento privado por, al menos, otras 100.000 toneladas, de modo que no sólo se beneficien los perceptores de las ayudas por esta inmovilización sino todo el sector, mediante la recuperación real de los precios en el mercado. La federación ha solicitado al Ministerio español que traslade a la Comisión Europea la posibilidad de aplicar este mecanismo mediante la fórmula de precio establecido y no de subasta, como hasta ahora se viene realizando. Se trata de una posibilidad recogida en la reglamentación comunitaria y que, si bien se utiliza en otros sectores como el azúcar o el porcino, no suele aplicarse en el aceite. De admitirse, la CE impondría una cantidad de toneladas a almacenar, a un precio fijo, que se repartirían entre todas las solicitudes presentadas.

"Estamos ahora peor que antes", señala Almirón, haciéndose eco del sentimiento reinante en el sector. No sólo no se ha establecido una regulación del mercado, sino que el efecto que ha conseguido la medida de Bruselas es que -al quedarse el aceite fuera de la inmovilización- haya que venderlo "deprisa y corriendo", a un precio aún inferior al que ya estaba por los suelos.

De ahí que no quieran volver a hablar más de lo que a priori parecía su tabla de salvación y se ha convertido en un baúl atado al cuello a un sector bastante tocado por la climatología y las pérdidas de años.