Granada

El Albaicín 'repintado' y sin cámaras

  • El aplazamiento de la instalación desprotege zonas sensibles del barrio como Dar al Horra o el Arco de las Pesas Los vecinos piden más control

En el Arco de las Pesas ya no caben más pintadas. Así lo creen los vecinos del Bajo Albaicín, para quien la noticia del aplazamiento de la colocación de cámaras en los BIC del barrio ha caído como un jarro de agua fría. Fue el alcalde de Granada, Paco Cuenca, quién el pasado mes de julio anunció este cambio de fechas. Cuenca dijo que no había partida presupuestaria para este proyecto, que además necesitaba de un estudio en profundidad que completara la colocación de las videocámaras. Poner un ojo grabador en el entorno de los monumentos por sí solo no basta. Está claro que puede persuadir, pero no parece una opción suficiente dada la pericia y la poca vergüenza de quienes utilizan el patrimonio granadino en un barrio declarado como Patrimonio Histórico de la Humanidad como lienzo.

El problema es que mientras se hace este estudio, las pintadas se multiplican. Un paseo por el entorno de los bienes que iban a ser blindados con estas videocámaras así lo demuestra y el Arco de las Pesas sin duda alguna es el caso más sangrante. El verbo seguir está pintorreado en todas sus conjugaciones y colores. Hay un "sigue" en spray verde justo a la entrada, un "sigo" gigante en tonos de azul y fucsia acompañado por un "kaos", un "esperando" o un "pregúntate sobre tus miedos", que ensucia parte del BIC que conecta con Plaza Larga.

El Aljibe del Zenete es otro de los puntos negros del mapa de pintadas del Albaicín. No obstante, lo será por poco tiempo. El Ayuntamiento de Granada presentó el pasado mes de julio un plan de limpieza de los aljibes de Granada que pretende adecentar. El proyecto, cuya duración es de dos años, incluye un presupuesto de 8.000 euros para 2016 y otros 8.000 para el año próximo y también intervendrá en otros puntos como el aljibe de las Tomasas, dado su inmenso valor.

En el entorno de Puerta Elvira y el Palacio de Dar al Horra, -otros dos de los BIC que se quieren proteger-, los grafiteros parecen tener más cuidado. Ahora mismo, tras haber adecentado la zona, lucen más limpios que el resto de puntos donde se pretendía instalar las videocámaras en un proyecto que fue presentado por el PP y que nunca llegó a ejecutar pese a tener el visto bueno de la Comisión de Garantías de la Videovigilancia integrada por el Tribunal Superior de Justicia, (TSJA) y la Fiscalía junto a la Subdelegación del Gobierno y distintos mandos policial.

No obstante, el drama de las pintadas y la suciedad en el Albaicín no solo se centra en los bienes de interés cultural. Las calles del barrio se han convertido en un improvisado lienzo donde distintas personas escriben lo que se les antoja sin ningún tipo de miramiento. Destaca en este sentido la presencia de un nuevo grafiti que ha alertado a la Policía Local. Ubicado en el entorno de San Miguel bajo, las letras anuncian una página web que ofrece la contratación de prostitutas en Granada.

La unidad medioambiental de la Policía Local es la encargada desde 2011 de acabar con los grafiteros que pintan en espacios inapropiados en la ciudad. Para ello, estos efectivos policiales realizan un seguimiento exhaustivo de las nuevas pintadas que aparecen, que recogen en un informe. En 2015 este registro sumaba 142 tags (firmas) en la capital. Aunque dada la incidencia de los grafiteros, ahora serán más. La base de datos de la Policía ofrece ventajas como la capacidad de relacionar las pintadas entre sí. Los peritos caligráficos son los encargados de corroborar la similitud de las firmas que, en caso de pillar al autor, se le sanciona por el total.

Los grafiteros no solo pintan en zonas protegidas. En general, las calles de Granada no se libran de los sprays a pesar de que el Ayuntamiento, durante el mandato del PP, ideó la creación de "espacios permitidos". Así, es posible pintar en puntos como el muro del carril bici paralelo a la Circunvalación, el entorno de la piscina de Arabial, el skate park de Bola de Oro, el botellódromo, las escaleras de la Carretera de la Sierra o el pasadizo de la Huerta del Rasillo o el Parque Tecnológico de las Ciencias y la Salud donde El niño de las pinturas ha dejado su impronta en los respiraderos dándole un toque de color al campus. También hubo un proyecto para pintar los contenedores de vidrio que tuvo buenos resultados.

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