Granada

El Albayzinero

  • Patrocinado por el Centro Unesco de Andalucía, se publicaron 20 números del periódico El Albayzinero Populares personajes del típico barrio granadino pasaron por sus páginas

"El Albayzinero quiere ser un medio para conocernos mejor, unirnos y conseguir la necesaria revitalización de nuestro barrio" con estas palabras de Miguel J. Carrascosa, presidente entonces del Centro Unesco de Andalucía, nacía en septiembre de 1998. Gracias a la buena voluntad de unos vecinos enamorados de su entorno, el periódico recogía curiosas crónicas de ese Albayzín íntimo y castizo ya casi olvidado para siempre. Hoy resucitamos sus páginas. El Albayzinero llegó hasta diciembre del 2000 dirigido por Emilio Ramos con la colaboración de muy cualificados conocedores del barrio.

Se abría con la reseña de algún personaje popular. Supimos quiénes eran Loli La Pescaera; El Trueno, el barbero del Arco de las Pesas; El Madruga, aquel pregonero de panes y sonrisas que nació como sus 17 hermanos en el Barranco del Abogado para irse luego a la Placeta de Liñán. El popular Torcuato que da nombre a uno de los bares más castizos del barrio. Por las entrañables páginas del periódico han desfilado Antonio Medina "el del tío Mijicas" el que empezó de transportistas y acabó en la empresa Cerámica Granadina; las monjitas de Santa Isabel la Real o las del convento de las Bernardas; Cristóbal que en su cueva taller forjaba el hierro sobre el yunque a base de sudor y golpes. Manolo El Bandurrias y su grupo; sentada en San Nicolás sigue Carmen la de las castañuelas "güenas pal reuma", según dice en su pregón.

El número 13, publicado en febrero del 2000, se le dedicó a Manolillo que aunque no era ilustre, era popular. Se trataba del poeta Manuel Benítez Carrasco. Hacía unos meses que había muerto (noviembre de 1999). Mujeres que marcaron el barrio con su arte, su modestia, su bondad. Aparece Dori Ferrer, la soprano rubia de ojos azules, nacida para la música al calor del Coro de El Salvador; doña Celia la guapa farmacéutica "como sacada de un lienzo de Julio Romero de Torres" casada con don José Guiote; la luchadora María Ángeles Blanco Botella mujer comprometida socialmente con los más desfavorecidos. Y el "pregonero del amor", como tituló el director Emilio Ramos Salas su página dedicada a Curro Albayzín al que califica de "crisol de honduras payas y gitanas" cantor de Lorca y Benítez Carrasco.

Fue una pena que desapareciera este periódico modesto pero interesante como crónica antropológica de un barrio pintoresco, porque estos documentos son estratos de la intrahistoria que sirven de fuente a los estudiosos. Sobre todo porque los componentes del equipo de redacción son personas sensibilizadas con el barrio y su historia. Poco antes de desaparecer ocupó la portada un artículo de Ramos Salas titulado Azucena, Directora de Orquesta. Una entrañable crónica referida a Azucena Fernández, nombrada entonces directora de orquesta, y a la familia Fernández Manzano, vecinos del Peso de la Harina. Ilustra la página una foto que hoy recordamos con enorme cariño porque en ella aparece el padre de Azucena, Antonio Fernández el popular escritor y colaborador de prensa que se firmaba con el seudónimo de Talismán; su mujer la elegante artista Josefina Jiménez; sus otras dos hijas de bonitos nombres, Ninfa y Preciosa; y su hijo, ese muchacho de pelo anillado, con cara de buena persona y de nombre Reynaldo como sacado de una germánica crónica medieval. Hoy resulta que aquel joven moreno que alegre sonreía en la foto celebrando los éxitos de su hermana Azucena, es el actual director del Patronato de la Alhambra. Es el Albayzín cuna de buena gente.

De haber durado más El Albayzinero seguro que nos trae el recuerdo de tantos otros: el Sargento Colomera, El Pasteles, El Palizas, El Madriles, el Pata Perro, los doctores Jiménez Amigo, Sánchez Santiago, Orte, El Sangremuerta, los Morales, los Ayuso, los Peinado… y un muy largo etcétera. Murió El Albayzinero, dejó herencia pero no heredero.

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