La Alhambra recuperará sus leones originales tras dos años de cirugía
Los trabajos de restauración revelan que cada figura tiene un perfil, un peso y una talla diferente y no similares como se creía hasta ahora · Ya están listos los doce leones originales y el plato de la taza
Cada león tiene su propio estilo y sus rasgos diferenciales aunque todos respondan a un mismo modelo. Esa es la primera conclusión que puede extraerse de los trabajos de restauración que se están llevando a cabo y que han desvelado que cada uno tiene un peso, perfil, cabeza y talla distintos, además de otros rasgos diferenciadores, por lo que se cree que fueron elaborados por autores distintos.
Así lo anunció ayer la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, quien considera este estudio un avance "verdaderamente importante" en el conocimiento de los doce leones -todos ellos machos- porque destruye la hipótesis de que fueran iguales o similares dos a dos, como se creía hasta ahora.
Villafranca incidió en que lo descubierto se trata de un hallazgo formal pero también artístico ya que pone de manifiesto que se trata de una talla personalizada para cada una de las figuras, aunque con "claves homologadas". De todo esto se deduce también que los leones fueron esculpidos en un taller y que se tomó una pieza como modelo, aunque según la directora no puede saberse si este sería un león externo al patio o uno de los 12 de la fuente.
Entre los principales rasgos que diferencian unos leones de otros, la directora del Patronato destacó en unos casos la posición de la cola, y en otros las patas, la boca o el tratamiento formal del rostro. Lo que no ha podido ser analizado de forma exhaustiva son las orejas, puesto que en el siglo XVII los leones fueron sometidos a una restauración, que las cortó y las sustituyó por otras, por lo que sólo tres conservan vestigios de las originales.
Otra de las principales peculiaridades que han sacado a relucir los trabajos de limpieza es que los autores tenían "voluntad de expresar detalles", puesto que se han detectado uñas talladas en sus patas "que les dan un aspecto más naturalista dentro de su simplificación artística". Para Villafranca, todos estos datos son interesantes en cuanto al aporte que representan en una cultura como la islámica, "donde la figuración no es precisamente algo que se diera con asiduidad".
Una de las principales "sorpresas" para los investigadores han sido las peculiaridades del león número 10: más profusamente decorado, tiene en la cabeza una serie de huellas, como unas lágrimas y un símbolo que parece "una voluta invertida". Además posee una especie de bigote "muy rizado" en el rostro.
La riqueza decorativa lleva a pensar, según Villafranca, que el número 10 pudo utilizarse como pauta para la talla de los demás.
Esta teoría de las posibles diferencias entre los doce leones ya se consideró antes de iniciarse estas labores de restauración, en el año 2007. Previamente, durante el estudio del león número 4 -el primero que se sometió a estos trabajos de conservación- ya se apuntó la posibilidad de un distinto tallaje de cada de una de las piezas porque un estudio fotogramétrico permitió determinar que unos son de mayor tamaño que otros.
Está aún por concluir un estudio sobre la tradición artística en la que pueden insertarse los leones, mientras que se está llevando a cabo, todavía sin conclusiones definitivas, un trabajo sobre la iconografía del león tanto en el mundo cristiano como en el musulmán y el oriental, donde ha sido un elemento muy representado.
María del Mar Villafranca, que anunció estos detalles de las investigaciones en la I Feria Internacional de Conservación y Restauración del Patrimonio -donde acudió para pronunciar la conferencia Criterios y estrategias de conservación en la Alhambra- concretó también algunos aspectos sobre el sistema hidráulico, que determinará la fecha de colocación de los leones.
La directora aprovechó la ocasión para anunciar oficialmente que los leones volverán a su patio en 2010, aunque no quiso precisar más esa fecha porque depende del ritmo de la limpieza y conservación del circuito hidráulico de la fuente.
El trabajo, realizado por un equipo disciplinar, pretende garantizar la conservación de la fuente en el futuro, puesto que sus leones han resultado bastante dañados con el paso del tiempo por la "mala calidad" del agua y por las inclemencias climatológicas.
Para lograr este objetivo, primero se atendieron los problemas "inherentes" de las esculturas de los leones, que presentaban patologías "complicadas". Después la taza de la fuente, que ya está restaurada y que sólo presentaba una pequeña fisura. Y por último, el circuito hidráulico.
La intervención en este aspecto, que se llevará a cabo en el mismo patio, se divide en dos líneas: por una parte conocer cómo funcionaba el sistema original, para lo que se prevé instalar una réplica de la fuente en otra zona de la Alhambra simplemente para verificar las hipótesis que se barajan; y por otra en "dar solución" para que la taza siga funcionando como fuente y esté preparada para soportar heladas o condiciones climatológicas adversas. Además, Villafranca precisó que la fuente tendrá un circuito propio.
Cuando se ponga el punto y final a los trabajos de restauración los leones regresarán tras tres años de ausencia al patio más emblemático de la Alhambra. Volverán a a soportar la centenaria taza sobre sus lomos dispuestos a resistir las inclemencias meteorológicas y deleitar con su belleza a los miles de visitantes del monumento.
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