Apadrinar al futuro
Una ONG con raíces granadinas opta al Princesa de Asturias a la Concordia El embajador de España en Honduras recoge firmas para que el Padre Patricio Larrosa, accitano y fundador, logre el reconocimiento
Cada año la familia sexitana que apadrinó a Ronald Orihuela recibía algunos dibujos del pequeño por Navidad. Eran la prueba física de que todo lo que aportaban a la Asociación Colaboración y Esfuerzo (Acoes), fundada por el padre Patricio Larrosa hace veinte años para ayudar a las personas más desfavorecidas de Honduras, el segundo país más pobre de América Latina, llegaba a su destino. Hace unos meses pudieron comprobar de primera mano que sí, efectivamente, el apadrinamiento había dado sus frutos. Gracias a la labor de esta ONG, Orihuela no solo pudo realizar sus estudios de Primaria. Logró terminar Secundaria y especializarse en electricidad cuando cursó su formación de Bachillerato. Ahora, titulado como ingeniero eléctrico, reside en Granada donde estudia el Máster de Gestión y Tecnologías para Procesos de Negocio de la UGR mediante una beca Erasmus Mundus. A su llegada a Granada, fue recibido por la familia de Almuñécar que decidió ayudarlo años atrás sin conocerle de nada. El abrazo que se dieron fue más intenso que las palabras. Como Orihuela, hay otros cientos de niños que son ayudados por esta organización con marcado sello granadino que vela por la educación y los derechos de los más pequeños. Y no solo eso. Niños que ayudan a otros compañeros desfavorecidos en una red de colaboración que redunda también en los jóvenes o los mayores. Acoes juega un papel fundamental para que terminen sus estudios. Para que las niñas no se casen a los catorce años y se queden rápidamente embarazadas. Para que los niños no caigan en las bandas, conocidas como `maras' donde reina la delincuencia. Y, en definitiva, para que entre todos puedan cambiar su futuro. La valiosa labor del padre Patricio Larrosa y de todos los integrantes de 3 esta ONG ha motivado que haya sido presentada como candidata al Premio Princesa de Asturias. Ha sido el Embajador de España en Honduras quién ha presentado a Acoes para optar a este galardón en la categoría de Concordia que valora el entendimiento y la convivencia en paz entre los hombres, la lucha contra la injusticia, la pobreza, la ignorancia, la defensa de la libertad, o la apertura de nuevos horizontes al conocimiento. Tanto Orihuela como el presidente de la Federación de Acoes de Andalucía, Luis Pedro Costillo, corroboran que así lo merece. Como también lo hacen las casi 5.000 personas que ya han firmado una petición pública para pedir que el padre Patricio Larrosa, misionero y saceral dote secular de la diócesis de Huéneja (Guadix), logre este galardón después de haber conseguido que la ONG haya unido a más de 1.000 personas colaborando en favor de este grupo de estudiantes pobres de Honduras. Todo, en un proceso por el que se han logrado desarrollar 42 proyectos con un impacto anual de 70.000 personas. Esta es la fórmula para crecer como organización: brindar a los más pequeños ayuda e invitarlos a que se impliquen con otros niños con menos recursos. Así es como Acoes ha logrado generar una rueda de solidaridad que no ha dejado de girar desde 1992, cuando Larrosa decidió crear una biblioteca para los pequeños que reclamaban su derecho a la educación. "Muchos niños siguen trabajando en la ONG durante años para ayudar a otros que tienen menos", destaca el misionero a quien le cogió por sorpresa la candidatura. Con sorpresa y mucha alegría de ver cómo se reconoce la labor de decenas de personas que trabajan como voluntarias en esta ONG transformando la realidad de Honduras. "Somos como una familia, buscamos a los niños que no tienen posibilidad de formarse y con esfuerzo y su propia solidaridad hacia otros no solo logran estudiar, sino que también salen de la pobreza", incide Larrosa, cansado de que este tipo de países solo salgan solo en las noticias cuando son negativas. Esta candidatura supone remarcar lo contrario. El crecimiento de la ONG es imparable. No solo atiende necesidades básicas sino también cuenta con proyectos educativos, de prevención, sanitarios, para ancianos, agrícolas y nutricionales, así como contenedores de ayuda que se envían desde España y Canadá repletos de materiales útiles como lápices, cuadernos o bancas para los colegios. Los beneficiarios se cuentan por miles. Más de 250 alumnos se han beneficiado de los Populorum Progresio (casas que apoyan a jóvenes de las zonas rurales e indígenas de Honduras), 3.786 en las escuelas, 1.098 en los centros infantiles, 3.939 estudiantes con las becas San Miguel o 120 en las escuelas nocturnas. Incluso en Granada se trabaja en el colegio Clara Campoamor con programas de sensibilización con los más pequeños. Así es como conocen la realidad que viven otros niños del mundo y se les planta una semilla para que continúen con esta cadena solidaria. Pues, tal y como reconoce Larrosa, "todos podemos ayudar a alguien independientemente de nuestros recursos".
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