El parque acuático Aquaola, que este año no abrirá sus puertas por primer año a consecuencia de la pandemia, ha estado muy ligado a la lucha contra los incendios forestales en la zona periurbana de Granada. El entorno en el que se encuentran las atracciones, en Cenes de la Vega, linda con uno de los parajes que, por desgracia, es pasto de las llamas de forma recurrente. La zona de arbolado y matorral que circunda Granada y la Lancha de Cenes por ese punto sufre periódicamente incendios forestales que obligan a actuar de forma inmediata tanto al Infoca como a los propios bomberos de Granada. La zona se encuentra muy próxima a zona habitada y es, además, un enclave muy popular entre senderistas y deportistas.

El vínculo entre el Aquaola y el Infoca viene, evidentemente, por el agua. Las piscinas del parque acuático sirven, en caso de emergencia, para aprovisionar las cubas que portan los helicópteros. En este sentido, fuentes del Infoca indican que los medios que luchan contra el fuego no se limitan a los que están en los centros operativos. Se puede recurrir a los recursos de los particulares, si la emergencia así lo requiere. Y en el caso del fuego, uno de los elementos clave es justamente el agua.

Los medios aéreos se surten de depósitos que tienen perfectamente identificados y recogidos en sus planes de vuelo. También pueden recurrir a balsas y piscinas de particulares, como es el caso del Aquaola. Los particulares están obligados a colaborar con la extinción, pero el Infoca debe restituir el agua empleada por sus medios a sus propietarios, aunque éstos llegan incluso a renunciar a este derecho.

Para precisamente hacer un uso correcto de los recursos los pilotos cuentan con información detallada de donde pueden abastecerse. “Cuando el helicóptero sale, tiene un plan” de vuelo con toda la información al detalle, indican fuentes del Infoca. El contenido de esos planes aéreos han sido “modificados”para evitar el más mínimo error. 

En el caso de Granada, destaca el punto de toma de agua que está en el Llano de la Perdiz, que costó más de 640.000 euros y que cuenta con una capacidad de 540 metros cúbicos de agua. Su instalación es clave para proteger la Alhambra. En toda la provincia hay un centenar de puntos de toma de agua, además de las piscinas y balsas particulares.