Pasar por la Plaza del Carmen y desviar los ojos al reloj para ver qué hora es es una práctica habitual de casi todo el que pasa por allí. Pero desde hace unas semanas la ciudad no da la hora y Granada vive continuamente en un punto horario: las doce menos dos minutos.
Las señales horarias de las en punto y las y media sí suenan a tiempo pero si se mira al reloj las manillas no se mueven.
Al parecer un fallo en el sistema del reloj impide que el engranaje gire las manecillas y desde el Ayuntamiento informan que están a la espera de la pieza para reparar el histórico reloj y que vuelva a dar la hora puntualmente.
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