Bebés y niños a prueba de la inexperiencia

La fundación Iavante tiene en su sede del CMAT distintos modelos de maniquíes pediátricos y el robot infantil más avanzado de España para facilitar el entrenamiento médico

Bebés y niños a prueba de la inexperiencia
Bebés y niños a prueba de la inexperiencia
S. Vallejo / Granada

29 de junio 2008 - 01:00

Quizá, una de las profesiones más beneficiadas por el desarrollo tecnológico sea la de médico. Si hace unos años la preparación de los facultativos, los ensayos de operaciones, la práctica de tratamientos o la simulación de técnicas básicas o más complejas, se realizaban sobre humanos y, casi siempre, una vez que el profesional ya estaba en activo, ahora todo ha cambiado y pueden enseñarse con unos 'muñecos' muy especiales.

Se trata de robots, simuladores inteligentes que se comportan como humanos y que permiten un entrenamiento que dota de un grado de perfección al médico para poder luego actuar mejor en la práctica directa con pacientes.

La última novedad que ha saltado a los medios de comunicación de todo el país es un simulador neonatal muy avanzado.

En Granada, la Fundación Iavante dispone de varios simuladores para entrenamiento profesional. Y, además de robots adultos, dispone de tres infantiles que permiten el entrenamiento para especialidades pediátricas. Uno de ellos, el que simula un niño de 7 a 12 años, es el único de ese nivel de sofisticación que existe en España.

De los más pequeños, los que imitan a recién nacidos, hay dos variedades. El más básico es un "neonato que permite entrenar técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) básicas y avanzadas, control de vía aérea, masaje cardiaco y canalización de vía venosa a través de la arteria y la vena umbilical", explica el responsable de simulación y entrenamiento robótico del CMAT, José Manuel Sánchez Carrión.

Luego hay un segundo nivel para abordaje realista. Tiene incluso la cara y la nariz aplastada y los ojos hinchados como los recién nacidos de parto vaginal. "Éste es más realista y permite, además, una monitorización de electrocardiografía". Así, permite programarlo con 16 ritmos de distintas patologías cardiorrespiratorias. También se puede practicar con él la intubación, el control de vía aérea, el masaje cardiaco y la medición de pulso, en este caso activado de forma manual y no automáticamente como el último modelo presentado. Tiene otra particularidad, se le puede canalizar la safena.

Por su grado de desarrollo, al primer muñeco se le considera más un maniquí y al segundo ya sí un robot con más prestaciones automatizadas.

Pero la gran joya del centro es el simulador infantil de un niño de 7 a 12 años. Éste es de la misma compañía que acaba de presentar el robot neonatal pero en infantil y es el único que existe en estos momentos en España.

Se trata de un robot avanzado que tiene latido, respira, abre los ojos, tiene respuesta pupilar, pulso distal y periférico, reacciona a fármacos, exhala dióxido de carbono e incluso muere. Hasta el extremo que si no se acierta con el tratamiento y fallece, cierra los ojos y es necesario reiniciar de nuevo el equipo para activarlo. Si se le administran calmantes, hay que esperar un tiempo para que se despierte. "Éste se utiliza para los entrenamientos más complejos, la mayor parte en anestesiología, intensivos y cuidados críticos pediátricos", matiza Sánchez.

Desde un ordenador central se le pueden programar infinitas patologías que tendrán que resolver de forma realista los aspirantes. Tiene hasta 86 parámetros fisiopatológicos. De la misma marca, metti, tienen también el modelo adulto.

Iavante ofrece en el CMAT diez cursos de pediatría y neonatología en los que se trabaja con estos simuladores. La compra del último modelo neonatal se estudiará en función de las necesidades.

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