La Bella Durmiente, una leyenda que merece un premio

La revista Adiós Cultural entregó ayer el Premio a la Mejor Historia Documentada al Cementerio de San José de Granada para la conocida como la tumba de La Bella Durmiente. La publicación impulsora de este galardón los puso en marcha en 2014 para promover la riqueza patrimonial, histórica y cultural de estos "museos al aire libre" y otorga una recompensa económica dirigida a la preservación del entorno según indicó José Vicente Aparicio, subdirector del grupo de servicios funerarios Funespaña durante la entrega de los reconocimientos.

Aparicio señaló que los cementerios promueven el "turismo emocional" y acercan su valor artístico, patrimonial y natural a la ciudadanía.

El resto de los premios son los siguientes: Mejor Cementerio para el de Montánchez (Cáceres) ubicado en la ladera de un risco coronado por un castillo árabe, Mejor Monumento Funerario para un panteón neogótico del siglo XIX del sacramental de San Froilán (Lugo), Mejor Escultura para la tumba de los marqueses de San Juan de Nieva en La Carriona (Avilés), y Mejor Iniciativa Medio Ambiental al Cementerio de Barcelona.

Roques Blanques, un "cementerio parque" de Barcelona que respeta la orografía y otras características naturales del terreno además de promocionar las sepulturas ecológicas ha sido reconocido este año con el premio a la Mejor Iniciativa Medioambiental de la II edición del Concurso de Cementerios.

Diseñado por los arquitectos Enric Battle y Joan Roig hace más de 30 años, la necrópolis acoge el Bosque de la Calma, donde se entierran urnas cinerarias biodegradables plantando sendos árboles para reforestar la zona al tiempo que se ofrece una solución cien por cien ecológica para las cenizas.

También dispone de la opción de los Árboles Familiares, donde estas plantas son de mayor edad y dimensiones, lo que permite la inhumación a su alrededor de hasta cinco urnas de una misma familia. En 2014, este tipo de enterramiento supuso el 33 % de la demanda de los servicios funerarios de Roques Blanques, que aprovechan su actividad para recuperar la sierra de Collserola, ubicada en el Cinturón de Barcelona.