Borsalino, el bar del barrio de la Cruz donde las tapas vuelan

Francisco Rodríguez lleva más de 27 años alimentando a media Granada con sus rondas de tapas

L. Mingorance Granada

28 de abril 2014 - 01:00

Después de 27 años dando de comer a estudiantes, enfermeros, médicos, comerciantes y vecinos, a Antonio Rodríguez, propietario del bar Borsalino se le quiere, y mucho. Así lo demuestran las decenas de personas que cada día se acercan hasta este establecimiento situado en la calle Curro Cuchares, en el barrio de la Cruz, frente al Alcampo para tomar unas cuantas tapas, o muchas, pues si algo caracteriza a este bar es que de aquí, nadie se puede ir con hambre.

Así, después de ver varias generaciones crecer, primer como estudiantes, y más tarde como trabajadores de los hospitales o comercios cercanos, Antonio ha sabido ganarse el cariño de sus clientes y vecinos, sentimiento que se ve reflejado en las paredes de este establecimiento, decorado con multitud de cuadros con carteles de películas trastocados con Photoshop donde la cara de Antonio se convierte en la del protagonista haciendo las veces de Arnold Schwarzenegger en Terminator, o con la cara verde al más puro estilo del ogro de Shrek. Imágenes que le han regalado sus fieles adeptos acompañados de numerosos reportajes de prensa en los que este bar tan peculiar ha sido el auténtico protagonista.

"A los clientes les gusta mucho venir al bar. Por dos euros les damos un refresco y vamos sacando diferentes tapas", explica orgulloso Rodríguez, que siempre deleita a los comensales con una buena ración de comida sana, como ensaladas, lomo de merluza, dorada o lubina, o tortilla de francesa, algunas de sus tapas estrella.

Tal es el éxito de este bar, abierto de 13:00 a 23:30 (con servicio de tapas entre las 13:00 y las 16:30 y a partir de las 20:00), que por su salón han pasado personalidades de la ciudad de la Alhambra como el alcalde de la capital, José Torres Hurtado, el presidente de la Diputación Provincial, Sebastián Pérez o el secretario del partido socialista, Chema Rueda, visitas que Rodríguez remarca con orgullo, aunque también modestia, porque a él lo que verdaderamente le importa es que "todos los clientes se vayan contentos de Borsalino", remarca.

Por otra parte, y dándole un punto social, Rodríguez está colaborando a través de varias asociaciones sin ánimo de lucro con los más necesitados mediante la donación de alimentos básicos no perecederos como el arroz o los garbanzos para las familias más necesitadas. "Llenamos un carrito de la compra y se lo entregamos. Ellos después lo reparten como quieren", relata Rodríguez muy motivado con poder ayudar al barrio. Eso sí, para él lo fundamental es tomarse la vida con humor y gracia, por eso, además del lado social, Rodríguez trabaja cada día con su mejor sonrisa, aderezada con algunos chistes, muy saludables en estos tiempos de crisis.

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