Budapest, refugio fugaz de un artista
Veranos en primera persona
El otoño ya se dibuja en su mente, pero necesitaba respirar una vez más el aire del corazón de Europa y contemplar sus estampas. Los rincones de Budapest han cautivado sus sentidos.
Difícilmente puede un artista, pintor, dibujante e ilustrador como el que escribe, tomarse un verano entero de vacaciones. Incluso un mes parece un tiempo desorbitado, teniendo siempre en el horizonte la cercanía de un otoño donde cada artista debe presentar lo mejor de sí mismo mediante exposiciones públicas o ediciones, o que sé yo…
Es evidente que hay un tiempo del año, en este caso el verano, en el que obligatoriamente deberá uno tomarse unos días al sol o a la sombra, según cada caso, pero siempre sin reloj y sin medida del tiempo, y cambiando de perspectiva o de clima o de nuevos aires. Así, este año, he tomado los aires de la antigua Buda, ciudad romántica y musical, abrazada y separada de Pest, inevitablemente por el gran Danubio.
Tenía deseos desde hace tiempo, de viajar a Hungría, escuchar las Zardas en los bellos violines de los Zíngaros, y por supuesto soñar con la música y el entorno del gran Roby Lakatos , el más grande virtuosista del violín que jamás pude imaginar. Un cúmulo de emociones que en España tristemente desconocen.
Para una persona como yo, que ha vivido años en el corazón de la vieja Europa, volver a recorrer sus calles y plazas, revivir los aromas y ambiente de sus mercados, es algo que siempre emociona y obliga a detener el ritmo de la vida. Obliga a olvidar el viejo estudio y el olor de las pinturas, botes, brochas, todo un mundo que siempre está esperando y reclamando la pronta vuelta. Sí, ciertamente el trabajo del artista es una orgía de emociones de la que difícilmente puede uno desprenderse.
No voy a relatar ni describir un posible itinerario monumental a recorrer por los futuros viajeros que deseen conocer Budapest, su Castillo Real de Buda, La Iglesia de San Matías de Buda, el Museo Nacional de Bellas Artes de Budapest, el Bastión de Pescadores, o el impresionante Parlamento de Budapest.
Tampoco voy a describir sus infinitos balnearios y fuentes termales que son foco de atención para viajeros de este reclamo tan extendido en la vieja ciudad. No, simplemente voy a invitar a los fu
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