El Burlaero cambia de tercio

El Burlaero volvió ayer a rodearse de amigos para presentar en sociedad una nueva edición de sus jornadas gastronómicas, unas de las que más solera tienen en esta ciudad. Por noveno año consecutivo proponen un recorrido por lo mejor de la gastronomía de varios rincones de España: en esta ocasión la cocina madrileña, sevillana, la gaditana y la onubense.

Aunque las jornadas se presentaron ayer en sociedad arrancarán el próximo 6 de marzo de la mano de Joaquín Felipe y Francisco Patón, premio nacional de Gastronomía, cocinero y jefe de sala del Europa Decó, un restaurante madrileño que no sólo está de moda sino que críticos como Carlos Maribona sitúa entre "los diez imprescindibles de la capital". Aunque no es fácil hacerse hueco en las mesas del exclusivo establecimiento, con capacidad para 45 comensales, en El Burlaero se podrá probar un menú degustación que es una muestra de la cocina "mediterránea creativa": una corteza de bacalao con tartar de remolacha asada y caviar de aceite; un escabeche de corvina con camarón pipa; un esturión grenoblesa y un royal de lágrimas de ibérico con celeri.

El 7 de marzo el invitado es el restaurante del Hotel Manolo Mayo, uno de los más famosos de Sevilla. Desde Los Palacios llevarán al Burlaero su elaborada cocina tradicional y creativa. Su amplio menú degustación incluye unas entradas de mariscos y ahumadas como croquetas de salmorejo con base de mousse de atún, pincho de langostinos con queso de cabra o milhojas de salazón de ahumados con bouquete de lechuga. De primero se servirán unos raviolis de capaccio de gambas rojas y de plato fuerte una presa ibérica al horno.

Desde el Puerto de Santa María el célebre Casa Flores trasladará al establecimiento de la calle Seminario lo mejor de la cocina marinera: lomo de atún de almadraba mechado, tortillitas de camarones, langostinos cocidos de Sanlúcar, crema de bogavante, albóndigas de chocos y gambas y una hurta a la roteña.

El último invitado será el restaurante Casa Rufino, que mantendrá el nivel de la altura de la cocina marinera, pero en este caso de Isla Cristina, con unas gambas blancas de Huelva, una ensalada de productos de almadraba, un foie de rape, unas coquinas al ajillo o un minibocadillo de calamares fritos con mayonesa de ajos. Como platos fuertes un guiso de fabes con choco y un morillo de atún.

Y para los que sean más amantes de la carne, el anfitrión vuelve a cerrar con un paté de habitas de La Vega con espuma de jamón de Trevélez, un tartar de quisquillas de Motril, una ensalada de milhojas de Papaya y rape confitado, un rape de Motril al estilo Mozárabe y un carrillada de cerdo ibérico acompañado de puré de castañas de Lecrín.

El abanico de propuestas es amplio y sólo queda decidirse por los sabores que más apetezcan, porque además de las diferencias de combinación de productos de máxima calidad y buen hacer, el resto de la oferta es igual para todos los menús: 45 euros más IVA tanto a mediodía como por la noche.