Granada

Cabinas de teléfono: Directas al olvido

  • También desaparecerán las guías, aunque Telefónica tiene la obligación de mantenerlas hasta finales de este año

"Todo tiene su fin", como rezaba la canción de Los Módulos, aunque la versión de Medina Azahara e, incluso, la del Barrio sean más conocidas. Las cabinas telefónicas serán retiradas de las calles, aquellas de las que durante décadas han sido mobiliario urbano histórico.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia -CNMC- secundó ayer la propuesta de la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital -Sesiad- de modificar el servicio universal de telecomunicaciones para suprimir la obligación de mantener las cabinas, un servicio de información telefónica para todos los usuarios y guías de uso público.

En la capital aún quedan más de un centenar de cabinas, sobre todo en el centro

Si se realiza una nueva versión de la película de Antonio Mercero, La cabina, ya no podrá filmarse en un enclave real, sino en estudio recreando la vida de estos teléfonos. La CNMC defiende que "no existen razones de mercado actualmente para seguir garantizando la prestación" de estos elementos como parte del servicio universal.

"Ni la puesta a disposición de todos los usuarios finales, al menos de un servicio de información general sobre números de abonado, ni la existencia de una oferta suficiente de teléfonos públicos de pago tendrían justificación de mercado para existir", explica la CNMC en su blog.

Pero aunque su uso sea algo residual, en caso de emergencia pueden ser muy útiles, por si se acaba la batería del móvil, y, así lo entiende la empleada de la farmacia que hay enfrente del Hospital de Traumatología, Sonia Ferrer, que considera que es un servicio necesario y que, al menos, debería haber una por barrio.

Pero aunque parezca algo insólito, las cabinas se siguen usando. El empleado de la cafetería San Francisco, Melchor Fenández, destaca que a su establecimiento va gente a preguntar por un teléfono público. "Hoy lo han usado una vez, y ayer otra. Yo pensaba que no funcionaba", añade el camarero del establecimiento situado enfrente de Traumatología y en cuya puerta se encuentra uno de estos aparatos.

Por su parte, el dueño del bar Pequeño Mundo en Granada, Francisco Cirera, dice que ocasionalmente entra alguien al bar a preguntar por una cabina, incluso añade que hace ocho años retiró dos teléfonos públicos que tenía en el establecimiento porque ya no le salía rentable a pesar de que antes funcionaban bastante bien porque los vecinos acudían allí para llamar.

La proliferación de los teléfonos inteligentes y las aplicaciones de mensajería instantánea han dado impulso para que las cabinas queden relegadas al olvido. Sin embargo, en Granada capital aún quedan más de un centenar de estos aparatos.

La cabinas de teléfono, que han sido el objetivo de numerosos actos vandálicos indistintamente del barrio donde se ubiquen, no sufrirán más agravios dentro de poco. En el futuro formarán parte de los museos y habrá que explicarle a los niños que a través de ellas se podía llamar a otra persona.

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