CSI-F logra la condena ejemplarizante de un menor por la agresión a un profesor

La sentencia, que considera los hechos como delito de atentado, impone al joven dos años de libertad vigilada y obliga a sus padres a indemnizar con 9.250 euros al docente en concepto de responsabilidad civil

Un bedel clausura el aula de un centro donde se ha producido una agresión a un docente.
Un bedel clausura el aula de un centro donde se ha producido una agresión a un docente.
A. Beauchy / Granada

12 de abril 2010 - 01:00

El Juzgado de Menores número 2 de Granada ha condenado a dos años de libertad vigilada a un menor que agredió a un profesor mientras ejercía sus funciones docentes en un instituto de la provincia. La sentencia también obliga a los padres del menor a indemnizar al profesor con 9.250 euros en concepto de responsabilidad civil: 250 euros por las lesiones físicas y 9.000 por las lesiones psíquicas sufridas.

El caso, defendido por la asesoría jurídica del sindicato CSI-F, adquiere una notoria relevancia porque considera la agresión al docente como un delito de atentado, otorgándole al profesorado el carácter de autoridad que reclama hoy en día. Pero además, establece una indemnización ejemplarizante hacia los padres del menor agresor.

Los hechos sucedieron en la mañana del pasado 28 de enero de 2009, cuando el menor se encontraba en el instituto en el que cursa estudios y en el que trabaja el profesor, que entonces estaba realizando el servicio de guardia. El docente le dijo a varios alumnos que se metieran en clase, sin embargo uno de los jóvenes se quedó en el pasillo. "El profesor le repitió varias veces que entrara en el aula, haciendo caso omiso el menor, lo que motivó que le dijera que lo acompañara a la jefatura de estudios", detalla la sentencia.

El acusado se volvió a negar y se puso a provocar y gritar al docente "hasta que, cerrando los puños, le golpeó en el pecho y hombros, lanzándole una patada que no llegó a darle", informa el escrito al que ha tenido acceso Granada Hoy.

Como consecuencia de los golpes recibidos, el profesor sufrió una contusión en el hombro izquierdo que requirió ocho días de atención sanitaria. Además, en el momento de los hechos, el docente padeció una crisis de ansiedad y luego le diagnosticaron un trastorno adaptativo con predominio de síntomas ansiosos. "Dicha lesión necesitó asistencia facultativa, tratamiento psiquiátrico y psicológico posterior", dice el dictamen hecho público. La justicia ha considerado de gravedad las lesiones psíquicas ocasionadas al docente, por las que ha exigido 9.000 euros de indemnización. "Cuando el responsable de los hechos cometidos sea un menor de 18 años, responderán solidariamente con él de los daños y perjuicios causados sus padres o tutores legales".

Los hechos han llevado a la Fiscalía a tipificar la acción del menor no como una falta, sino como un delito de atentado por "el desprecio que supone su conducta al principio de autoridad encarnado en la figura del profesor", se detalla en la sentencia.

Para argumentar jurídicamente el caso, el Juzgado de Menores de Granada recuerda otros anteriores en los que se consideró la agresión a docentes como delitos de atentado: en 1991 el Tribunal Supremo consideró funcionario público a un catedrático agredido tras un examen por un estudiante suspendido; en 1995, la Audiencia de Murcia consideró atentado la agresión sufrida por un director de un colegio a manos del padre de un alumno cuyas pretensiones no fueron atendidas; en 2000, la Audiencia de Cádiz estimó atentado el acometimiento al jefe de estudios de un colegio; y en 2006, la Audiencia de Córdoba consideró atentado la agresión que un alumno produjo a un profesor de un instituto.

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