Calle Pepita Bustamante

ayer y hoy

Una calle granadina, vecina de la del Maestro Faus, lleva el nombre de esta profesora de piano, muy querida

Sus conciertos en el Centro Artístico fueron aplaudidos por miles de granadinos

Calle Pepita Bustamante
Calle Pepita Bustamante
José Luis Delgado José Luis Delgado

Granada, 06 de marzo 2017 - 02:35

Cuando mi querido amigo, el pintor granadino Manuel Ruiz Ruiz, ese modesto pero sabio profesor, poeta de los pinceles alhambreños, me dijo que había sido alumno de Pepita Bustamante, un hilillo de nostalgia corrió por mis venas, porque de Pepita Bustamante ya me habló mil veces mi propia madre que también ejerció de profesora de piano, dando sus clases particulares a los alumnos suspendidos en Magisterio por el maestro Montero. En estas fechas de marzo, cuando nos da por homenajear a la mujer (a la que había que estar homenajeando noche y día, de otoño a primavera y desde el paleolítico hasta mañana) no está mal recordar a esta granadina, humilde, sencilla, admirada por sus alumnos y valorada por aquellos miles de granadinos que la aplaudieron a rabiar tras sus numerosos conciertos en los salones del Centro Artístico en las décadas de los años 30 y siguientes. Había nacido en 1906 y aún no había cumplido los veinte cuando ya deleitaba a sus paisanos con la sencillez de su presencia y la delicadeza de sus manos.

Son muchas las referencias de prensa del crítico musical que firmaba con el seudónimo de Sostenido en El Defensor de Granada y que se deshacía en elogios a nuestra querida y entonces jovencísima paisana. En uno de los conciertos, allá por abril de 1929 dejó escritas estas palabras: "pianista de irreprochable técnica, de correcta escuela, sin desplantes ni gesticulaciones… verdadera virtuosa de tan difícil instrumento". Ese día interpretó a Chopin con su Gran Polonesa, a Schubert en su Improntu, además de una Sonata del Padre Soler, Mendelssohn, Albéniz, Granados… El Centro Artístico a reventar y los aplausos interminables. Y ese mismo día -¡qué casualidad!- se anunciaba la actuación en Granada de otra ilustre dama. Al Teatro Cervantes venía Margarita Xirgú para poner en escena la comedia de Jacinto Benavente Más fuerte que el amor y preparar el estreno de su Mariana Pineda.

Hemos acudido al entrañable recuerdo que en su día le dedicó un ilustre pianista, académico de la Real Academia de Bellas Artes. Esto decía en el discurso de ingreso a la Academia el maestro Javier Herreros en enero de 2012: "conocí a doña Pepita en 1966 cuando yo contaba 8 años… de la mano de mi padre entré en su casa de la calle San José Baja, nº 33… Aquel sería el centro de mi vida musical durante diez años… Podría afirmar que desde la primera clase quedé totalmente hechizado por la personalidad de mi maestra". Hermosas palabras las dedicadas por este ilustre académico hacia su profesora de piano. Y no dejan de provocar envidia sana a los que también hemos sido profesores durante muchos años.

En 1933 Pepita Bustamante dio un gran concierto del que se estuvo hablando en Granada largo tiempo; de nuevo fue su escenario el Centro Artístico. Empezó con Juan Sebastián Bach, siguió con los Arabescos de Debussy, continuó con Chopin y cerró con Falla, Albéniz y Ángel Barrios y esto en Granada levanta al público e invita al aplauso interminable. Algo se le pegaría de sus continuas visitas a don Manuel de Falla en el Carmen de la Antequeruela y a Joaquín Turina en su residencia de Madrid. Talento y modestia se unen en esta granadina semiolvidada que hoy resucitamos. Una hermosa calle granadina, vecina a la del Maestro Faus y junto al Colegio Público Federico García Lorca mantiene su memoria. Son muchos los ilustres alumnos que doña Pepita tuvo y aquí no caben. Lástima que de sus múltiples actuaciones no nos quede ningún registro fonográfico. Valga al menos este modesto recuerdo para que, ya que no nos suena su piano, al menos nos suene su nombre.

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