Casa de los Pisa: un 'joyero' para obras de arte con historia

El edificio, donde murió San Juan de Dios, celebra el décimo aniversario de su restauración como museo de la Orden

Casa de los Pisa: un 'joyero' para obras de arte con historia
Casa de los Pisa: un 'joyero' para obras de arte con historia
S. V. / Granada

02 de noviembre 2010 - 01:00

Desde Plaza Nueva se accede impresionados por la belleza del entorno a la Casa de los Pisa. En la puerta, el cartel Museo sobre San Juan de Dios ofrece un primer mensaje sobre su contenido. Al entrar, lo primero que sorprende es la belleza de su patio, que llegó a encandilar al propio Francisco Ayala. Desde ahí, toda una experiencia.

El centro celebra este año el décimo aniversario de su restauración como museo de la Orden de San Juan de Dios. Pero en palabras de su director, Francisco Benavides, se trata de algo más que de un museo sobre la vida del santo. "Es un museo arquitectónico, de muebles, de pintura, de artesonados, de orfebrería... Cada persona puede adentrarse en una característica del edificio", dice el director.

Desde que en 1927 la orden lo adquirió a los herederos de la familia Pisa, ha pasado por distintas fases: "desde almacén de material y obras de arte venidas de toda España hasta que en el 2000 se tomó conciencia del valor del Patrimonio y la Orden entendió que todo esto podía aportar algo". Entonces se tenían cientos de piezas, acumuladas por obra de un hermano de la Orden que fue el gran coleccionista de la casa y que propició durante los años 80 un incremento de fondos importante.

Desde el principio de la visita todo es una sorpresa. La primera sala que se observa es una pequeña habitación que guarda, entre otras, dos imágenes a gran tamaño del siglo XVI de Pablo de Rojas, unas tallas que se hicieron para las antiguas capillas de la iglesia del hospital de San Juan de Dios. Son San Roque, abogado de los apestados (que se trataban en el hospital) y San Sebastián. Además, hay una gran colección de imágenes de cómoda sobre San Juan de Dios.

Al lado, una puerta de cristal permite la visión de otra pequeña sala que sorprende por su color. De la cantidad de piezas parece que es una sala dorada. Es la sala de las reliquias, donde se guardan relicarios en los soportes más variados y de distintas procedencias. "Proceden de capillas desamortizadas o de donaciones". Las más importantes son el crucifijo con el que muere San Juan de Dios y la custodia que incluye un trozo de costilla. También hay otra con un trozo de tela y de astilla del ataúd del santo.

Aunque el contenido parezca religioso en exceso, la intención de la dirección es hacerlo cada vez más didáctico y ofrecer al visitante la opción que prefiera. El museo se puede visitar de lunes a sábado de 10:00 a 14:00 horas.

En la planta superior se pasa del dorado a la plata. En una sala se expone una colección de orfebrería con objetos de uso litúrgico que están ya "pasados de moda" como los portaviáticos. En el centro, La Princesa, una talla de madera de una Virgen con el Niño. Es importante también la colección de marfiles.

De ahí se pasa al salón de los generales, donde se guardan todas las bulas pontificias otorgadas a la Orden: 360. La más antigua es la que autoriza a los hermanos a recoger limosnas y administrarlas, lo que le concede independencia del obispo del lugar. El documento más antiguo es el libro de registro de enfermos del hospital de San Juan de Dios de 1566, recién restaurado y que es el antecedente de la historia clínica actual.

Después de todo esto aún queda el plato fuerte: la capilla y la habitación donde murió San Juan de Dios. La primera sorprende porque en pocos metros se ha construido una basílica de uso interno que en su retablo central incluye la puerta y la ventana de la habitación del santo. Para acceder a ésta se pasa por una precámara donde se guarda el báculo y la capacha. Ya en la habitación, el centro de la casa, se recrea el momento de la muerte.

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