Granada

Caviar Riofrío reproduce los primeros esturiones Beluga en cautividad

  • Se trata de una especie que está prácticamente extinguida y su caviar es muy codiciado

  • En la riada de 2018 en la zona se perdieron más de 11.000 ejemplares

Un esturión en la piscifactoría de Riofrío

Un esturión en la piscifactoría de Riofrío / G. H.

Un equipo de biólogos y veterinarios de la empresa Caviar Riofrío ha logrado que, en las instalaciones de la localidad de Riofrío (Granada), nazcan esturiones Beluga en cautividad, un hito dado que esta especie está prácticamente extinguida en la naturaleza y su caviar es muy codiciado.

La compañía compró el pasado año un millar de ejemplares Beluga y Osetra al grupo Hisparroz, en Doñana, en una operación que superó el medio millón de euros y que tenía como finalidad recuperar el ciclo de vida del esturión, tal y como vivía en los ríos de la Península Ibérica, entre ellos, el Guadalquivir.

Durante varios meses y todavía en Doñana, se inició la alimentación 100 % ecológica y se hicieron los trámites pertinentes para conseguir la certificación.

Fue en marzo cuando los esturiones viajaron hasta la pequeña localidad de Riofrío, según ha informado este martes la firma, que ha detallado que pronto los ejemplares, de más de 20 años y cerca de 100 kilos de peso, se adaptaron perfectamente al agua que mana apenas a unos metros, en la Sierra Gorda de Loja.

El equipo de biólogos comenzó a estudiar cómo reproducirlos, escogiendo para la fecundación el semen y las huevas más fértiles.

Para ello, se realiza una reproducción controlada y, una semana después aproximadamente, eclosionan.

En esos primeros diez días se alimentan de su saco vitelino y poco después de un crustáceo microscópico llamado Artemia Salina.

Cumplidos los tres meses empiezan a ingerir el pienso ecológico que comen todos los ejemplares y, cuando cumplan 15 años, a través de una ecografía se diferenciará los machos y a las hembras.

Carlos Cadenas, consejero delegado de la empresa, ha celebrado el logro y ha asegurado que ser capaces de reproducir la especie Beluga en cautividad, además de ser una nueva vía de negocio, cumple con la misión de recuperar el ciclo de vida de los esturiones tal y como vivían en la Península Ibérica.

"Significa compensar las pérdidas acaecidas tras la riada de 2018, cuando se perdieron más de 11.000 ejemplares", ha indicado.

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