El Cementerio conservó hasta 1971 un registro con el nombre de los fusilados

"Lo recuerdo perfectamente. Yo vi el registro de entierros de los fusilados en el cementerio durante la Guerra Civil. Allí constaban más de dos mil nombres y lo tengo en mi conciencia". Con estas palabras, el hispanista Ian Gibson despeja toda duda sobre la existencia del documento que pone nombre a los asesinados del franquismo. Lista que ha sido reclamada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón al alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, a efectos de elaborar un censo de desaparecidos y ver si es competente para investigar los crímenes.

Según aseguró ayer Gibson a Granada Hoy, el registro identifica a "más de dos mil fusilados en el camposanto entre el 26 de julio de 1936 y el 1 de marzo de 1939" e, incluso, "recoge como causas de la muerte indicaciones del tipo 'disparo de arma de fuego' u 'orden militar', entre otros".

En un apéndice de su obra La muerte de García Lorca, publicado en su primera edición en París en 1971, da cuenta del nombre de varios de los fusilados en el cementerio: entre ellos el rector y arabista Salvador Vila, los catedráticos José Palanco y Joaquín García Labella o el médico Saturnino Reyes. También relata que, cinco años después de su inhumación, "los restos se trasladaron al osario situado en el lado oeste del cementerio, cerca del antiguo emplazamiento del palacio árabe de Alixares".

Gibson cuenta además que Brenan visitó el lugar en 1949 y un sepulturero le enseñó las calaveras amontonadas en un pozo abierto, aunque "en 1965 los cuerpos exhumados ya habían sido enterrados bajo las nuevas capas de huesos y sudarios". Según Brenan, el funcionario le dijo que "la lista oficial de los fusilados tenía unos ocho mil nombres".