Centenario del periódico 'Mete Farulla'

CITA el veterano periodista Rafael García Manzano a Emilio Nadal como una de las "figuras inolvidables del periodismo granadino". En su bien documentado libro así titulado y publicado en 2008 hace una acertada semblanza de numerosos compañeros de su profesión, destacando que el motrileño Emilio Nadal Peramos fundó un periódico a los 17 añitos titulado Mete Farulla. Todavía se conservan algunos ejemplares en las vitrinas del Museo de la Asociación de la Prensa de Granada.

Yo no sé de dónde se sacó Nadal el término farulla, ni conozco su etimología, aunque lo hemos empleado mil veces los niños en mi barrio llamando farullero o farfullero al tramposo, al mentiroso, al que se vale de artimañas para el engaño o al que habla demasiado deprisa y nada se le entiende. Tal vez lo empleaban también los niños de Vélez Benaudalla, a donde se trasladó muy pronto.

Mete Farulla era una revista juvenil no exenta de la alegría, del humor y del contenido literario del grupo de escritores jóvenes que componían la redacción. Es patrimonio de la juventud la extravagancia y el desenfado. Sin embargo nos habla G. Manzano de un Nadal culto que sabía latín, que traducía a Ovidio, Horacio y Cicerón, afinado en poesía y buen músico que daba clases particulares y tocaba el piano en el cine Regio. Aquellos cines mudos de los que tanto sabe su hijo José Nadal Riazzo, el que nos regaló unos deliciosos paseos por los cines de Granada.

No está mal recordar a Emilio Nadal como claro ejemplo de periodista culto, con formación y recursos que convendría tener en cuenta por si fuera digno de imitar por los más jóvenes.

Tenía Mete Farulla su sede en la Plaza de San Agustín, justo al lado de donde nació Francisco Ayala, su precio era de cinco céntimos, aparecía con cuatro páginas y duró tres años. Pero había espacio para todo, porque tenía secciones de sociedad, otra para la mujer, pasatiempos, poesía, novelas por capítulos y artículos de colaboradores que luego serían famosos; es el caso del escritor malagueño Narciso Díaz de Escovar o Rafael Murciano, por citar algunos.

En 1914 funda Nadal Éxito; una revista literaria y cultural que también pasó su calvario, pues no era la lectura precisamente el vicio de los granadinos. Revistas y periódicos tenían muy poco apoyo porque la burguesía granadina estaba más preocupada de los beneficios de la remolacha azucarera que de la dulzura de las letras; adornaban más sus casas con florones de escayola, espejos y cornucopias que con libros de poemas escogidos. Eran entonces los poetas locales más leídos Manuel de Góngora y Alberto Álvarez de Cienfuegos.

En 1977 se publicaron las poesías de Emilio Nadal en un librito titulado Sueños de un poeta, y en el prólogo firmado por Marino Antequera se asegura que Nadal era un apasionado de la literatura y el periodismo.

El diez de mayo de 1918 se publicó un número extraordinario de El Éxito en el que Emilio Nadal compartía pluma con Ruiz Carnero, García Lorca y Rafael Murciano. A veces se firmaba con el propio nombre de la revista Éxito o con el de Caballero Galante, otro de sus seudónimos. Periodista artesano y voluntarioso, componiendo con caracteres de caucho colocados a mano.

En 1935 colaboró con la revista Amanecer que dirigía el insigne periodista José Antonio Mesa, siendo redactor jefe José Gómez Sánchez-Reina y en la que también aparecía con sus viñetas de humor el inolvidable José María Miranda.

Cuando García Manzano se molestó en publicar un libro con ilustres periodistas locales lo que pretendía era que fueran inolvidables. Eso hacemos, recordarlos, y en este caso conmemorando el centenario de aquella efímera publicación del jovencísimo Nadal titulada Mete Farulla. Ahí está el Museo de la Prensa, es cuestión de visitarlo.