Centros infantiles y coronavirus: un mar de incógnitas en la atención a los pequeños de 0 a 3 años

Educación

"He tenido que pedir hasta un crédito personal para mantener mi negocio", asegura una afectada

Los padres están a la expectativa de lo que pase a final de mes con la desescalada y en el nuevo curso

Centros infantiles y coronavirus: un mar de incógnitas en la atención a los pequeños de 0 a 3 años

Los testimonios y casuísticas que están dejando la crisis del coronavirus son incontables. Cada persona tiene su experiencia pero hay sectores más críticos que no lo están pasando nada bien al encontrarse en situaciones límite entre la incertidumbre y la falta de viabilidad. Es el caso de las escuelas o centros infantiles, los que se encargan de la educación en la etapa no obligatoria de 0 a 3 años. Cerrados desde que comenzó el estado de alarma, el 25 de mayo entran en fase de desescalada y podrán abrir para facilitar la conciliación de las familias que tengan que incorporarse a trabajar. Pero todo son dudas y denuncian que desde el principio es así, se sienten olvidados en la planificación de la educación ante esta pandemia. Y el futuro tampoco lo ven claro, por lo que se augura cierres de centros. Una incertidumbre que afecta a unos 180 centros infantiles de Granada.

El testimonio de la propietaria de un centro infantil adherido de Granada es claro de lo que están viviendo. Sandra B.M. explica a este periódico que desde que empezó el estado de alarma están cerrados y con el "miedo" a que el cierre de centros pueda abocar a continuar a muchos con la persiana bajada por no poder tirar de las deudas. "La Junta nos da 180 euros por niño desde mediados de marzo y hasta el 10 de junio, una cantidad de la que ahora recibiremos el 50% que es con lo que tendremos que tirar para correr con los gastos del centro. Pero es insuficiente", explica, lamentando que "la educación de 0 a 3 años parece que no importa".

Ella se ha acogido ya a esa subvención, que espera mantener hasta junio, pero hay que seguir pagando nóminas de trabajadores, alquiler, luz, agua, autónomos, préstamos.... "por lo que he tenido que pedir un préstamo personal" para seguir. Además, para acogerse a la subvención está obligada a no hacer ERTE en su plantilla. "Quien tuviera algún colchón se ha acabado. Y es triste ver que una lucha por su negocio, no para volverse rico, que das empleo y que al final se considera que la educación de 0 a 3 años no tiene valía", comenta triste.

"Sé que muchos centros han tenido también que recurrir a pedir préstamos porque es insuficiente esta cantidad". Por lo menos piden que suba a los 209, 30 euros más por niños, que supone una suma importante para el centro y por lo menos respeta la partida de atención socioeducativa aunque el comedor no se esté pagando. "Hoy nos han mandado un correo y se supone que van a seguir manteniendo la subvención, a ver lo que pasa", dice, porque reconoce que si la cortan, "habrá que hacer ERTE".

Sobre la vuelta a partir del 25 de mayo incluida en el plan de desescalada, "tampoco estoy muy de acuerdo". Y es que "los padres tienen miedo a volver. Yo calculo que puedo abrir para un niño pero hay muchos centros que tendrán cero", por lo que la situación sería insostenible. Ellos aprovecharán, por ejemplo, para ir adelantando en planificación del próximo curso o procesos de inscripción cuando se reactive, porque también está parada.

Luego está la situación del riesgo. "Nosotros también tenemos miedo" a cómo se desarrollará la vuelta y posibles contagios. Los pequeños de 0 a 3 años no entienden de distancias, confinamiento ni reglas, "ellos quieren contacto y además después de dos meses en casa lo requerirán más. Además, aunque no quieras se tiran al suelo,...". Por eso están preparando ya cómo será la vida en las aulas con mascarillas, geles desinfectantes y mayor limpieza. "Vamos a tener que cambiarlo todo", reconoce, por lo que ven "precipitado" la vuelta en mayo.

"Si en edades más avanzadas han aguantado el curso sin volver y será opcional para los mayores, muchos padres los dejarán con los abuelos o en casa con personal, no han mirado los riesgos", reconoce. Porque los niños, que desde el principio de la pandemia se consideran vectores de transmisión y que pueden pasarla asintomáticos pero contagiando, pueden transmitirlo a otros y también a los docentes. "Ya de por si los niños pequeños se suelen contagiar en los coles", asegura.

Para el futuro en septiembre con el nuevo curso espera que no haya mucho problema. En su centro, por ejemplo, ya tiene muchos padres esperando a que se abra el periodo de inscripción. Pero sigue con dudas de cómo será, si con total normalidad o no. "Yo se que algún centro ya ha cerrado y no saben si abrirán para el próximo curso", reflexiona.

"Se ha hablado muy poco de nosotros y es una etapa muy importante para los niños. No es sólo un periodo de paso y muchos nos siguen considerando guarderías", lamenta.

Esta propietaria lamenta que quien salga "ganando" de todo esto sean los centros lúdicos que están haciendo una "competencia desleal" a las escuelas y centros infantiles.

Los padres, también preocupados por la atención a sus hijos

María García tiene dos hijos, uno de 5 meses (que cuando comenzó el estado de alarma tenía 3,5) y otra de 3 años recién cumplidos. Es usuaria de un centro infantil en Granada y lanza también el mensaje de preocupación de las familias. Su experiencia es aplicable también a muchos hogares con niños pequeños. "Está siendo un tiempo con todas las dificultades que conlleva tener a los niños en casa y poder compatibilizar con el trabajo con rendimiento y esfuerzo". Porque ella ha tenido que incorporarse de la baja maternal en pleno confinamiento. Y por suerte, teletrabaja, también su marido, por lo que "existe trabajo en equipo". "Por las noches tenemos que cuadrar agendas del día siguiente para ver los turnos de trabajo, videoconferencias, llamadas y atender a los niños, preparar la comida y hacer las cosas del hogar", relata. Y con niños pequeños, "no puedes ponerle una película y ya está, son muy dependientes". La situación de las escuelas infantiles la lleva con incertidumbre de cara al futuro. "Si les llega menos presupuesto para el mantenimiento y no saben si en septiembre abrirán o no, te condiciona todo, porque planificas tu vida en torno a eso", reconoce, por lo que no entiende que si ya había partidas reservadas para todo el curso, se hayan tenido que recortar. Además, si cierran algunos centros, "eso supondrá que otros se masificarán y es lo contrario a lo que se dice que hay que hacer de reducir aforo, y menos en los colegios infantiles. O ponen más guarderías o más maestros, por lo que les tienen que dar más dinero porque estamos hablando de la vida de los niños. Veo que es la peor opción posible", por lo que ahora tiene parado todo su pensamiento a lo que pasará después del verano.

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