Cervantes, asesor laboral
La enseñanza del español como salida profesional gana puntos, sobre todo entre los que quieren emigrar La docencia requiere vocación y estar dispuesto a hacer la maleta
Celeste Bañeza lleva desde el pasado mes de agosto instalada en la remota China. Imparte clases de español a niños pequeños en un país que hasta hace un año era para ella totalmente desconocido. Sin embargo, Bañeza reconoce ser realmente feliz allí. El camino hasta llegar a este momento de su vida ha sido largo. Estudió Filología Hispánica, formación que completó con Teoría e Historia de la Literatura y Literatura Comparada. A la vez "fui cogiendo todas las asignaturas de chino que me ofrecía la carrera porque es una cultura que me apasionaba".
Después se sumergió de lleno en el aprendizaje del chino en el instituto Confucio, dependiente de la Universidad de Granada (UGR), donde cursó sus estudios durante tres años que le abrieron el camino a una bolsa del Ministerio de Trabajo con la que finalmente acabó en Guangzhou que, si se mira atentamente al mapa, queda muy cerca de Hong Kong.
Trabaja como profesora de español, su lengua nativa, y le apasiona: "Me encanta enseñar. Es el privilegio de sembrar en los demás lo que uno mismo ha cultivado. Es algo muy hermoso", remarca. Lo único que le pesa es estar tan lejos de la familia, de los amigos. "Estar aquí es fácil, es una experiencia que te hace crecer inmensamente pero se echa de menos a los tuyos".
Pese a todo, lo recomienda totalmente, "yo creo que el español es una lengua en plena expansión, por lo que harán falta profesores". Eso sí, aunque se muestra realmente satisfecha, ante la pregunta de si volvería a España no se lo piensa: "¿A España? Claro. Allí está mi vida entera. Sin embargo, hace muchos años hice un contrato personal con esta cultura y creo que siempre estaré ligada a ella".
Celeste cuenta con todas las características que, ahora mismo, conforman el perfil de los aspirantes a profesores de español. La crisis, cómo no, ha 'inspirado' a muchos recién licenciados a intentar buscar una salida profesional en la docencia de su lengua nativa fuera de las fronteras nacionales. Lo corrobora Mari Ángeles Lamolda, coordinadora de los Cursos de Lengua y Cultura Españolas del Centro de Lenguas Modernas (CLM) de la Universidad de Granada. "El número de personas interesadas en formarse como profesor de español ha ido en aumento con la crisis", resume Lamolda, que subraya que la mayoría de los futuros docentes de castellano cuentan con estudios de Hispánicas o Filología Inglesa o Francesa y su motivación es "buscar una salida profesional".
La demanda de información y de formación para obtener los conocimientos que permitan dar clases de español -que actualmente cubren centros privados- ha propiciado que el Centro de Lenguas Modernas haya organizado por primera vez un curso de formación dirigido para futuros profesores, que comenzará el próximo mes de mayo. El curso es novedoso, pero cuenta con antecedentes. El CLM imparte clases de actualización lingüística y metodológica para profesores de español extranjeros y participa con dos cursos en el programa de formación del Instituto Cervantes.
Sobre las características que deben reunir los futuros enseñantes: "Tienen que tener vocación por la enseñanza y estar dispuestos a irse fuera, donde más mercado hay", explica Lamolda, que incide en que "en todos los centros" que solicitan profesores de castellano "piden cierta formación específica en la enseñanza de español", algo que incluso es recomendable para los titulados en Filología, ya que "si tienes una formación previa" de cómo enfrentarte a un aula "es más fácil". Además, la experiencia del CLM indica que con un título bajo el brazo, el camino para encontrar trabajo se allana notablemente. "Hemos visto que en los tres años que ha durado el programa de prácticas todos han encontrado diferentes empleos tanto en España como en el Extranjero", subraya Lamolda, que asegura que "sí hay mercado" para los docentes de castellano como lengua extranjera.
Carmen Arco, diplomada en Magisterio y desempleada, está interesada en hacer uno de estos cursos de formación. Explica que "lo he pensado alguna vez", pero que "en general son muy caros".
Además, y aunque su especialidad es la enseñanza normalmente "las escuelas que ofrecen estos cursos te exigen que seas licenciado, por lo que en principio no me sirven". Ahora sin embargo, con la aparición de nuevas ofertas formativas podría cursar esta materia, eso sí "cuando rebajen" las tasas. Mientras tanto Arco se prepara en la Escuela Oficial de Idiomas el nivel de B2 de inglés, y también estudia francés básico.
Porque eso sí, en general, los cursos de español son más útiles en la medida en que se conoce con profundidad algún otro idioma, requisito fundamental para casi todos los trabajos de enseñanza en la actualidad. "He echado el currículum en algunos centros educativos y mínimo te exigen el B2". Sobre lo de estudiar oposiciones, también lo tiene claro: "esta vez no me voy a presentar, solo hay 80 plazas para toda Andalucía".
La preocupación de Carmen Arco por los precios de los cursos no es excepcional. El CLM reconoce que se han visto obligados a retrasar el inicio del curso para profesor de español como lengua extranjera de abril a mayo porque el número de matriculados había sido insuficiente para poder organizar un grupo. Apuntan a que muchos de los interesados señalan dificultades económicas para hacer frente a la matrícula, que en el caso del primer módulo -de 48 horas- de los seis de los que consta el curso asciende a los 400 euros.
Manuel Romero, un joven periodista en paro desde hace dos años y medio ha decidido atajar su situación de desempleo con un curso on line de Experto Universitario en la enseñanza de español como lengua extranjera. Las malas perspectivas del sector de la información le motivaron a buscar otros caminos "lejos de aquí", ya que a su juicio en Granada es imposible encontrar trabajo "he echado varias veces el currículum, me he pasado por las redacciones y nada", relata.
Sobre la posibilidad de traspasar las fronteras en búsqueda de un puesto de trabajo, Romero relata que "podría irme a Malasia (porque tengo unos conocidos) a trabajar como profesor, pero todavía estoy mirando cual será la mejor opción".
Una vez allí, ¿qué panorama puede encontrarse este futuro profesor de español? "Si estás en un centro público o en un centro universitario, puedes vivir bien", explica Lamolda, que, sin embargo, advierte que en ocasiones "se les dice una cosa y cuando llegan, se encuentran con otra".
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