Cervezas Alhambra y la calle Ángel Ganivet, un cambio imagen manteniendo la esencia de siempre

Cuando Antonio Gallego Burín llegó a la alcaldía de Granada durante la Guerra Civil se encontró con dos grandes problemas a resolver. Uno era abastecer a todas las casas de Granada de agua potable y el otro, la reforma del barrio de la Manigua. Para muchos granadinos esta última problemática supuso una fuerte aberración urbanística, mientras que para otros se trataba de una necesidad importante en pos de sanear la ciudad. El derribo de este céntrico barrio conocido por sus mancebías y casas de dudosa reputación, dio lugar a la calle que hoy día conocemos como Ángel Ganivet.

Cuando en 1938 Gallego Burín toma posesión de la alcaldía, deja estas líneas en uno de sus escritos: "hay que volver por el gran estilo de Granada y hacer comprender que su interés y su valor supremo reside en mantener limpia y clara su espléndida silueta de ciudad de Arte”. Un mensaje que se trasladaría a la amplia reforma urbanística que pretendía llevar a cabo en la ciudad.

Fue el propio alcalde de la época el que pegó el primer martillazo para derribar la Casa de Socorro de este barrio de mala fama y celebrar que llevaba dos años en el cargo, siendo el propio Francisco Franco quien inauguró las nuevas calles de la Manigua. Y es que la mejora a nivel de estética y salubridad fue bastante notable, conformándose a día de hoy en una de las calles más emblemáticas y mejor situadas de la ciudad, así como en una de las más caras no solo de Granada sino también de España, con un precio medio de venta por vivienda de 483.500 euros, según un estudio del portal inmobiliario Idealista. Un lavado de cara que, en definitiva, mejoró la imagen de la ciudad y de esta zona en concreto, pero sin llegar a perder la esencia nazarí que hoy día caracteriza a la calle Ángel Ganivet y que, aunque de otra forma distinta, caracterizaba igualmente al antiguo barrio de la Manigua.

La historia de una calle, Ángel Ganivet, que comparte ciertos paralelismos con el reciente cambio de imagen que ha experimentado Cervezas Alhambra con el lanzamiento de Alhambra Lager Singular: una cerveza que mantiene el mismo gran sabor de Alhambra Especial.

La novedad es que cambia por fuera, pero mantiene aquello que los granadinos han hecho propio: ese sabor único y especial que solo se consigue gracias a una elaboración muy cuidada, una singularidad que la marca cervecera ha destacado en el nuevo nombre de esta variedad. Este sabor de siempre se une a una nueva imagen para convertir a Alhambra Lager Singular en todo un homenaje a Granada, a los colores, vivencias y emociones que las personas han creado alrededor de esta cerveza tan única como la ciudad en la que nació. En su nueva imagen, sobresale la celosía propia de la Alhambra con sus icónicos azulejos que visten el envase con colores que reflejan la luz que inunda las emblemáticas calles de Granada.

Elementos que, combinados, buscan resaltar la calidad y aval cervecero de la Cervezas Alhambra, su tradición y toda su trayectoria. Una trayectoria que se remonta a hace casi un siglo, cuando la marca nace en Granada perfilando una unión crucial desde el inicio. La ciudad y su característico monumento se convierten en los dos elementos inherentes a su origen, así como fuente de inspiración, que han acompañado siempre a Cervezas Alhambra y que ahora visten la nueva Alhambra Lager Singular.

Cambiar tu imagen pero sin perder la esencia, algo que han experimentado tanto la calle Ángel Ganivet como Cervezas Alhambra, dos elementos emblemáticos de la ciudad de Granada que a pesar de haber experimentado un importante lavado de cara, continúan sin perder ese carácter y orgullo nazarí que los caracteriza. Renovarse o morir, pero Granada y su esencia siempre por bandera.