Granada

Ciudadanos modélicos hasta cuando no están

Hassan Mahamoud, Antonio Quitián y José Serra son los nombres de los tres ciudadanos de Granada que ayer fueron distinguidos por el Ayuntamiento de la capital en reconocimiento a su labor paradigmática con la ciudadanía en los premios Vecino Ejemplar. Sin embargo, casualidades de la vida, ejemplaridad y contingencia no deben ser muy buenos amigos y por eso ninguno de ellos pudo personarse en el Salón de Plenos de la Casa Consistorial para recogerlos. En el caso de Hassan, ex presidente de la Asociación de Vecinos Fígares, el problema surgió al estar residiendo actualmente en su país de origen, Jordania. Antonio Quitián -sacerdote obrero que ha dedicado toda su vida a trabajar por las personas más necesitadas de los barrios de La Virgencica y Almanjáyar- no asistió al considerar que su lugar no está en los estrados, sino a pie de calle.

Por último, el reconocimiento a José Serra se hizo a título póstumo. Serra fue condecorado "por su labor e implicación en diversos movimientos sociales, sin querer nunca cargos y sólo trabajando en beneficio de los demás".

El concejal de Participación Ciudadana, Vicente Aguilera, explicó que los tres premiados "representan un modelo de entrega a los demás, de protección y defensa de los derechos y de estímulo para la convivencia".

Por parte de Antonio Quitián recogió el premio Juan Francisco Gutiérrez, concejal de Juventud del Ayuntamiento de Granada. Sí tuvieron representación personal Hassan Mahamoud y, sobre todo, José Serra.

El reconocimiento del primero fue recogido por la presidenta actual de la Asociación de Vecinos de Fígares, Amalia Benavente; quien destacó que su predecesor en el cargo "adoraba y adora Granada a pesar de ser jordano". Médico de profesión, Hassan permaneció casi tres lustros al frente del organismo y, cuenta Amalia, que el alcalde siempre recuerda que en el mismo lugar donde los Reyes Católicos recibieron las llaves de la ciudad (la Ermita de San Sebastián), Hassan recibió las de la ermita.

En nombre de José, fallecido este año, asistieron su difunta esposa, Carmen Domínguez, y su hija, María José Serra. Visiblemente emocionada, esta última, subió a recoger el premio a la par que resaltó que su padre "siempre estaba al servicio de los demás". "A él no le daba vergüenza acercarse a jóvenes que fumaban y explicarles la pena que merece vivir", añadió.

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