Sanidad

El Clínico San Cecilio supera los 8.000 procesos de esterilización de material quirúrgico en un año

Una trabajadora de la unidad de esterilización.

Una trabajadora de la unidad de esterilización. / G. H.

La Central de Esterilización del Hospital Universitario Clínico San Cecilio llevó a cabo, en 2022, más de 15.000 lavados y 8.000 procesos de esterilización de material quirúrgico y de otro tipo, destinado a uso clínico. Así, las 25 profesionales que desarrollan su labor en esta área del hospital (17 técnicos en cuidados auxiliares de enfermería y 8 enfermeras) se encargan, cada día, de los procesos de lavado, desinfección, esterilización y almacenamiento de diverso tipo de instrumental y materiales necesarios en la actividad del hospital, garantizado que estos productos puedan utilizarse con seguridad durante la atención sanitaria a los pacientes.

También el pasado año, alrededor de 66.000 contenedores con packs de diversas piezas (de 50 a 100 cada uno) pasaron por la Central de Esterilización. Asimismo, se realizaron un total de 15.250 lavados, teniendo en cuenta que también se recibe material limpio, pendiente únicamente de esterilizarse. Por lo que, de media, al día se ponen 72 lavadoras en esta área del hospital, clave para el funcionamiento del centro.

La central del San Cecilio cubre la actividad de 27 quirófanos, salas intervencionistas de Cardiología, Litotricia y Radiodiagnóstico, así como material e instrumental procedente de Urgencias, Consultas, UCI, Reanimación y plantas de Hospitalización. Además de material procedente del 061, Farmacia Hospitalaria, Medicina Preventiva y Microbiología.

Ubicada en la planta -1, en el área de Esterilización la actividad se organiza en tres turnos de trabajo ininterrumpidos, de lunes a viernes (mañana, tarde y noche), y fines de semana y festivos, en turnos de mañana y tarde. En ella se esteriliza principalmente todo el instrumental quirúrgico que se utiliza en el hospital, pero también otro tipo de material como algunos componentes de respiradores, elementos tales como clavos, tornillos, placas, nuevos etc. (que se emplean en la reparación quirúrgica de fracturas óseas), los recipientes que contienen muestras biológicas de pacientes, materiales para las salas de curas o empleados en el servicio de ambulancias.

El objetivo es garantizar la seguridad biológica de los productos que se emplean en la atención y tratamiento de los pacientes. Dado que buena parte de este instrumental va a estar en contacto directo con su organismo, es crucial evitar la contaminación y la transmisión de patógenos.

En este sentido, Susana Viedma, supervisora de enfermería de la Unidad de Esterilización del hospital explica que, por ejemplo, "una tijera o un bisturí, que han sido usados en una operación pueden llegar a la central con restos biológicos (sangre, tejidos, pelo o huesos...) de pacientes que pueden estar pasando un proceso vírico o tener una enfermedad susceptible de contagiarse. Para evitar la propagación de infecciones es indispensable seguir un proceso de esterilización adecuado”.

El proceso

Todos los circuitos y procesos en la Central de Esterilización están muy definidos y protocolizados. Así, el material sucio llega a la central dentro de contenedores habilitados para ello, baja por un montacargas específico y se recibe en la denominada ‘zona contaminada o séptica’. Allí lo reciben los profesionales sanitarios ataviados con equipos de protección

individual. Todo el trabajo está sistematizado y queda registrado en el ordenador con códigos de identificación adscritos a cada carga, lo que facilita el seguimiento del proceso.

Dentro de estos contenedores el material de quirófano llega dividido por cajas, cada una de ellas contiene el instrumental que se ha usado en las diversas cirugías. Todo se separa en cestas y se le realiza un prelavado mediante la técnica del ultrasonido, si es preciso. A continuación, se ubica en las cestas de las termodesinfectadoras. El hospital dispone de siete de ellas, que funcionan con un sistema similar al de una gran lavadora. En ellas se realiza un prelavado, lavado y secado. El contenedor en el que se han transportado las cestas también se desinfecta en un túnel de lavado.

Una vez realizado este proceso, el material pasa a la denominada zona 'limpia', donde las enfermeras llevan a cabo el montaje, revisión y reposición de los distintos instrumentales/contenedores para su posterior esterilización. Estos volverán a poder ser usados con todas las garantías de seguridad e higiene. En esta zona de la Central de Esterilización desarrollan su labor otros profesionales distintos a las que trabajan en el área séptica. Concretamente, las enfermeras seleccionan el instrumental y preparan las cestas en las mesas de montaje. Cada intervención dispone de una cesta propia, ya que se requiere de material e instrumental distinto según el tipo de cirugía.

Así, el último y fundamental paso es la esterilización, que se realiza dependiendo del material, en los denominados “esterilizadores” para materiales delicados que precisan baja temperatura (60 grados) y ‘autoclaves’, una especie de hornos de vapor que alcanzan una temperatura de entre 121 y 134 grados centígrados y en los que el material permanece entre 30 y 45 minutos. Una vez esterilizado el material, es enviado a sus diferentes almacenes de destino se etiquetan las cajas y se verifica que cada uno de los pasos se haya efectuado correctamente.

La Central de Esterilización dispone de un sistema de trazabilidad (registro) para controlar todos los procesos desde que el material se recepciona, se envía a las diferentes unidades, se utiliza en la atención al paciente y vuelve a la Central de Esterilización. Por todo ello, es fundamental la coordinación con el resto de áreas del hospital, especialmente con el bloque quirúrgico, para optimizar tiempos y procesos.

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