Comprar, tirar y volver a comprar
La obsolescencia programada designa la intencionalidad de los fabricantes a la hora de hacer móviles o MP3 con un tiempo de vida limitado · El objetivo es impulsar de forma exacerbada el consumo
Que los ordenadores, las lavadoras o los frigoríficos ya no gozan de una vida tan prolongada como hace veinte años no es un gran descubrimiento. Todos lo saben y de hecho, cuando uno se compra un móvil o un MP3, por ejemplo, sabe que a los dos años, más o menos, se romperá y tendrá que cambiarlo por otro nuevo porque le fallará la batería o la pantalla se apagará. Con suerte, puede que su vida se dilate durante unos pocos años más, pero en un tiempo relativamente corto, el ordenador irá más lento que de costumbre o el frigorífico dejará de funcionar sin venir a cuento.
Pero ¿por qué ocurre esto? ¿puede estar motivado de forma premeditada por los fabricantes? Para ello, existe un término que define a la perfección esta dinámica de mercado, la denominada obsolescencia programadaque pretende incentivar de forma exacerbada el consumo. En palabras más simples: comprar, tirar, y volver a comprar. "Es cierto que todo tiene ya una fecha de caducidad. La vida de los electrodomésticos ha bajado porque antes una lavadora o un frigorífico podían durar unos catorce años, ahora la media está en diez. También es verdad que aunque duran menos, son superiores en cuanto a técnica lo que reduce el consumo energético en un 30%", afirma el director comercial del Centro Hogar Sánchez, Paco Rienda.
De esta forma, los fabricantes elaboran los productos "a conciencia" con una vida programada que se alarga durante unos años, no más. Así, el usuario se verá obligado a renovarlos constantemente. A esto se suma que el ser humano ha creado una serie de dependencias con respecto a la tecnología en la sociedad actual y ya no podría vivir en ella ni sentirse integrado sin un teléfono móvil en las manos o sin un ordenador portátil.
Uno ya no se compra un televisor o una lavadora para toda la vida porque la mentalidad del consumidor ha cambiado. Además, el auge de las nuevos avances e innovaciones, hace que estos aparatos se queden obsoletos en unos meses, desde el punto de vista tecnológico. "El mundo de la televisión es el que más cambia. Las nuevas tecnologías son constantes y se pasa de una tele LCD, al televisor de plasma, al plasma LED, al TDT, al TDT incorporado, el de alta definición o a la televisión interactiva. Y todo esto en un periodo de tiempo muy corto. En tres meses la televisión que has comprado se queda anticuada", aclara Rienda.
La tecnología avanza a un ritmo insospechado en un mercado muy competitivo que tiene una consiga firme, mantener la sociedad de consumo, pilar en el que se sustenta el sistema capitalista. "El objetivo es diseñar productos de consumo con un tiempo de vida útil muy corto, para permitir al sistema productivista mantener la espiral del beneficio económico irracional. El problema está ocurriendo ahora cuando el modelo está chocando con sus propios limites. No hay capacidad de consumo y las materias no renovables son cada vez más caras" arguye el portavoz en Granada del Partido Verde Europeo, Mario Ortega.
Desde luego, la teoría está servida con respecto a esta hipótesis, pero la práctica corrobora en muchas ocasiones, que es valida y totalmente cierta. Leyendas urbanas que se han demostrado reales como los fallos ocurridos con las baterías de ciertos reproductores musicales. En este caso, siempre queda la opción de repararla, pero el arreglo costaría unos 100 euros, por lo que te percatas que es más rentable comprar un reproductor de música nuevo que reparar el anterior. Si la batería del móvil, del ordenador o del MP3 falla dentro del periodo de garantía, no hay problema. De lo contrario, habrá que valorar qué opción es más rentable. "Yo ya he comprado tres MP3 de marcas diferentes en muy poco tiempo porque se me rompían al año de utilizarlos", comenta Daniel Torres. Además, este estudiante de Bellas Artes de 22 años, ha tenido alguna que otra experiencia desagradable con la tecnología. En este caso, con el iMac de Macintosh, un ordenador que se utiliza para programas de diseño porque tiene más potencia. "A los dos años me apareció en la pantalla una línea vertical y es algo que le pasa a muchísima gente. Por fortuna ha sido dos meses antes de que me caducara la garantía, pero no suele ser así. No sé si está programado para que fallen al poco tiempo y tengas que renovarlo o es que la tirada ha salido mal. Me he informado en foros en internet y somos muchos los que tenemos ese problema con los iMac. La duda es si lo hacen aposta porque ya no sé que pensar". Javier Rendón tiene 20 años y forma parte de una familia numerosa en la que necesitan estar comunicados unos con otros. Para ello, comenta que compraron cinco móviles y que, la casualidad hizo que comenzaran a fallar al poco tiempo de haberlos adquirido. Múltiples experiencias parecidas que engrosarían una larga lista de móviles averiados, ventiladores que apenas funcionan, calefactores que se recalientan a los pocos meses, lavadoras que no centrifugan bien o MP3 inservibles. Por ello, tal y como explica Rienda "hay un sector de público que compra los productos más baratos porque saben que los van a tener que renovar, aunque también hay que tener en cuenta la marca".
La cuestión ya no es sólo económica, sino medioambiental, porque la obsolescencia programada contribuye a acrecentar el calentamiento global debido a los residuos tóxicos que generan los productos que se desechan. "La mayoría de ellos son muy peligrosos porque tienen plásticos no biodegradables o metales pesados como mercurio, plomo, o zinc ", advierte Ortega.
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