Consejos para informar sobre droga
La ONG Proyecto Hombre, en colaboración con el Plan Nacional de Drogas, ha editado un libro de estilo con directrices para los periodistas sobre cómo enfocar, tratar e ilustrar las informaciones vinculadas al tema
El mundo de la droga, ¿existe? Es decir, ¿es real esa expresión tan manida y tan genérica? El nuevo libro de estilo para periodistas que ha editado la ONG Proyecto Hombre con el apoyo del Plan Nacional de Drogas desaconseja referirse a la droga en sentido genérico porque "cada droga requiere un tratamiento específico". Según recomienda, "hay que contextualizar el consumo e intentar apartarlas del estereotipo al que involuntariamente las asociamos: heroína / marginalidad; cannabis / progresía; cocaína / éxito social, etc".
Esta es sólo uno de las múltiples instrucciones que recoge este manual, que ayer se presentó en Granada y, simultáneamente, en otras seis ciudades españolas: Barcelona, La Rioja, Salamanca, Alicante, Madrid y Mallorca.
En realidad, aunque sólo se hayan seleccionado estas siete, más adelante se presentará en el resto de las ciudades españolas que cuentan con comunidades terapéuticas: 26 en total.
El objetivo es que, al igual que casi todos los medios de comunicación disponen de un manual con las normas de redacción, gramática, maquetación... propias de esa empresa informativa, tengan también uno que sirva de guía a los periodistas a la hora de abordar la redacción o el contenido de las noticias relacionadas con el mundo de las drogradicciones.
En este manual se dan consejos para evitar los estereotipos, como la marginalidad. En el texto se hace hincapié a los redactores en que eviten "usar contenidos discriminatorios y aludir a aspectos y / o ambientes que puedan contribuir a la estigmatización de las personas con problemas de adicción y sus familias".
Como tantos otros libros de estilo, al final se incluye un glosario para que los informadores tengan clara la diferencia entre términos que a veces se emplean, por error, como sinónimos. Por ejemplo, deshabituación, como el proceso que permite a las personas con problemas de adicciones a "enfrentarse a las situaciones de riesgo" y el de desintoxicación, "que simplemente es el proceso encaminado a la interrupción del consumo de sustancias con manejo del síndrome de abstinencia y sin compromiso vital".
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