Consulta estética con el doctor Pez

La especie 'Garra rufa', propia de Turquía, se alimenta de las células muertas de la piel y segrega una sustancia regeneradora

Mª Ángeles Porcel / Granada

26 de agosto 2011 - 01:00

Ponerse 'en manos' de un pez para cuidar la salud y la imagen no es una idea tan disparatada como puede parecer. El doctor de la terapia de moda se llama Garra rufa, es una especie protegida que habita en las aguas termales de Turquía y se caracteriza por alimentarse de la piel muerta. Sus particularidades lo han convertido en un remedio natural para aliviar enfermedades de la piel, como la psoriasis, y también como la novedad más chic en tratamientos de belleza.

Este pez necrófago tan especial y tan pequeño (mide alrededor de unos 12 centímetros) ha llegado de una cultura milenaria para implantarse en los centros de belleza de todo el mundo. En Granada también se puede experimentar la ictioterapia en el negocio La Kalle, ubicado en el centro comercial Kinépolis. Al introducir los pies en el tanque de agua, los peces entran en contacto con la piel del cliente y con delicadas succiones se alimentan de las células muertas. La técnica tiene una duración estimada de 15 o 30 minutos, en los que se experimenta una agradable sensación de burbujeo y después se consigue una piel limpia y sana de una forma totalmente natural, además de una mejora de la circulación.

"Para realizar este tratamiento no hay edad. Lo prueban muchas parejas jóvenes de entre 25 y 30 años, pero también hay personas mayores de 60 años que se atreven y repiten", afirma el dueño del local, Raimundo Vicente Extremera. Desde su puesta en marcha en enero de este año, un centenar de clientes experimentan este tratamiento cada mes, la mayoría como método de pedicura pero un 15% sí acuden recomendados por el médico para realizar la ictioterapia y mejorar sus afecciones en la piel. El Garra rufa, además de eliminar las escamas propias de la psoriasis, segrega una sustancia regeneradora llamada Dithranol que calma el picor y ayuda a curar las lesiones propias de esta enfermedad crónica de la piel.

La cuidadora de los peces y esteticista, Pilar María Herrero, es responsable de garantizar el buen funcionamiento de la terapia. "Antes de que el cliente entre en contacto con los 250 peces que contiene cada tanque se lavan los pies. No se puede realizar la sesión si en la zona se tienen heridas abiertas o el cliente tiene alguna enfermedad contagiosa, como hongos, en uñas y pies", explica. Tras la experiencia el cliente recibe un pequeño masaje y un proceso de hidratación con cremas especiales.

El precio de la 'consulta' depende del tiempo del tratamiento, 15 o 30 euros, y se recomienda continuarlo cada mes en el caso de ser prescripción médica. Si el motivo de la visita es sólo estético, se puede acudir al 'doctor Pez' siempre que se sienta curiosidad. "Incluso hemos tenido como cliente un niño de 8 años que vino con sus padres". "Pero tan pequeños no es necesario porque la piel es joven y a penas tiene células muertas". Para todos es, sin duda, una experiencia.

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