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Existe una máxima que reza que si algo funciona, mejor ni tocarlo. Aplíquese a un equipo de fútbol, a la economía o a los columpios de la Feria. Si alguien ha estado fuera de este país diez años y cuando regresa se pasea por las atracciones advertirá que apenas hay novedades significativas. Pasa en el Corpus de Granada y en cualquier punto de Andalucía.
El paradigma de esta teoría es el Top Gun, que inevitablemente recuerda a aquella película de 1986 protagonizada por un prometedor Tom Cruise y que fue un taquillazo. Pues bien, es un columpio (llámese cacharrito en las fiestas de la Andalucía más occidental) que sigue despertando interés, principalmente, entre los jóvenes. Fríamente pensado tiene su lógica: da vueltas, se eleva, es rápido y moja por medio de unos chorros cuando está invertido. Cuenta con casi todos los elementos: tierra, agua y aire. Los requisitos para acceder a este pequeño divertimento son tener una altura mínima de 1,40 y pagar 3,50 por viaje.
Estas tardes, cuando el calor empieza a conceder una tregua, este artilugio funciona con todos sus sillones al completo. Si hay huecos, se espera a aquellos que están a pie de pista y que no terminan de decidirse. Está la típica amiga que trata de convencer a la otra con argumentos quizás algo frágiles. "Venga, que no pasa nada, que está todo el mundo, que es un minuto". Finalmente, se llena, descienden los seguros, aparecen los nervios en forma de cosquilleo y cuando arranca los gritos aparecen.
La vista general que ofrece el conjunto de atracciones desde la plaza de los Caseteros no es de bullicio ni de aglomeraciones, pero sí hay ambiente y gente. Otra cosa es el consumo aunque, padre que baja a este pequeño paraíso infantil, padre que casi está obligado a pasar por taquilla. La media de lo que cuestan las atracciones no suele bajar de tres euros. Los juegos de dardos o de derribo de objetos con pelotas suelen costar unos 50 céntimos menos. En alguna esquina aparecen anunciadas tiradas a globos a un euro. Lo denominan precios anticrisis.
Yenifer Martín viene de Motril con su familia (Baby Hermanos Martín). Regentan el clásico columpio que incorpora caballitos y coches que giran y se elevan. Recuerda que llevan tres años con el mismo precio para adaptarse a las actuales circunstancias, pero que a la gente le cuesta rascarse el bolsillo porque básicamente no tiene. Define el arranque del Corpus como regular tirando a mal. "De hecho, el martes estaba parado de gente". Aguantaron hasta la 1:30 y luego bajaron la persiana. Confíaban en que a partir de la fiesta, el negocio se anime. Comenzarán sus jornadas intensivas. No cree que el calor sea el motivo para que la gente se eche para atrás. "Otros años ha hecho el doble. Siempre hay una excusa, que si las vacaciones, que si no se ha cobrado…" En el fondo, insiste en la falta de liquidez.
Cerca de allí están los míticos caballitos ponis, que siguen dejando las estampas de toda la vida. La clásica es la menor vestida con traje de gitana y fotografiada por sus progenitores. Esa imagen le perseguirá buena parte de su vida. También la del padre que fuerza al hijo a cabalgar sobre estos tristones animales. El niño acepta a regañadientes, pero cuando se ve encima arranca a llorar. El adulto observa, ríe y fotografía ese momento, que también ya formará parte de esa memoria familiar.
Los scalextric siguen partiendo. Hay ofertas del viaje a 3 euros, pero si son 6 el precio se queda en 15. De uno de ellos, cuelga un significativo cartel que reza "No maltratar los coches". María es una de las abuelas que saluda a su nieto cuando aparece tras dar una vuelta montado en un fórmula uno. "¿Si es caro? Hombre, un poco, pero, ¿le voy a decir que no? Si es una vez al año. Que disfruten". De parecida forma piensa uno de los empleados de Euro Ball Vico, de tiros de dardos. "Estos primeros días han sido tranquilos porque no ha habido muchas personas. Esperemos que a partir del Corpus se anime como otros años. Se junta la crisis y que no hay trabajo, pero la gente se lo pasa bien. Está de Feria".
Y en el ferial siguen funcionando clásicos como el Barco Vikingo, El Ratón Vacilón con Gato Comilón, El Gusano Loco, El Tren de la Bruja, Los Coches Locos, El Látigo y las atracciones en las que es improbable que se salga seco, caso de Las Cataratas y La Jungla Encantada con sus rápidos. Curioso es que el Corpus ha traído a Granada lo que no han sido capaces los políticos: el AVE. Un tren para niños.
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