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El Corral del Carbón vive de milagro

  • Faltó poco para que el edificio fuera derribado hace 100 años

  • Los primeros que querían tirarlo eran los obreros granadinos faltos de trabajo y alentados por la empresa

  • Se quería levantar un teatro

Sobre el Corral del Carbón de Granada hay muchas noticias que recogen las guías de Valladar, Gómez Moreno y luego Gallego Burín que, como se sabe, copia casi literal de los demás. La Alhóndiga Gidida fue lugar de comercio y alojamiento de los tratantes del trigo, luego del carbón, corral de comedias y vivienda 'casa de morada' que en parte perteneció al convento del Carmen (hoy Ayuntamiento) y a otros vecinos hasta casi nuestros días. Del monumento tenemos noticias en los escritos de Bermúdez de Pedraza y en los Anales Jorquera, ambos del siglo XVII; el Padre Echeverría, siglo XVIII, lo recoge en el segundo tomo de sus PaseosporGranada. Fue construido en el siglo XIV y es especialmente interesante por su espectacular arco de entrada, relacionado en cierto modo por su semejanza a los arcos de la Puerta de la Justicia, la del Vino o la de Bibabrrambla.

Pero lo que ya es menos conocido es que el Corral del Carbón está vivo de milagro, porque hace exactamente 100 años quiso ser demolido por una compañía que lo compró para hacer un teatro-cine parecido al Victoria Eugenia de San Sebastián y al Reina Victoria de Madrid. Eso sí, respetando el arco de entrada que podría servir de curioso reclamo para la nueva sala de espectáculos. Mucho sabe Granada de demoliciones; esto no era nuevo porque aún estaba reciente la demolición del Arco de las Orejas, puerta de entrada a Bibarrambla. Llegaron las polémicas declaraciones de defensores y detractores con la habitual mezcla de intereses y opiniones a las que los granadinos somos tan aficionados.

Aprovechando la llegada a Granada del Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el catalán y catalanista Felipe Rodés en febrero de 1918, una comisión de operarios de la agrupación regionalista 'Unión Obrera' le pidió que hiciera todo lo posible por que se llevaran a cabo los proyectos de demolición y las obras posteriores en el Corral del Carbón puesto que resolverían el problema del empleo para 300 familias granadinas durante ocho meses: "Es justo deseo de la clase obrera de encontrar trabajo que mitigue su angustia y su miseria", dice la nota dirigida a la prensa. Siempre respetando el arco de entrada. La empresa compradora del edificio alentaba lógicamente el proyecto con la oposición absoluta de una buena parte de la Granada sensible que puso el grito en el cielo.

Ya en abril de 1916 el arqueólogo José Ramón Mélida y el arquitecto Enrique M. Repullés y Vargas, Académicos de las Reales de Historia y Bellas Artes de Madrid, fueron enviados a Granada en comisión de servicio para estudiar el caso del Corral del Carbón. En su informe final y después de un minucioso estudio y catalogación, recogen las palabras de Pi i Margall que en su obra España y sus monumentos, al referirse al Corral del Carbón dice "es un ejemplar muy curiosos de este tipo de construcciones civiles, único en España… su origen está en Asia, en los caravan-serrallo de Bagdad y Turquía". Y en cuanto al arco de entrada afirma, no sin cierta exageración, que "es un arco de herradura de los más bellos que ha podido trazar la mano del artista musulmán, a pesar de su mal estado". Después de una valoración global del monumento, los comisionados informaron que "el edificio conocido como Casa del Carbón debe ser conservado en su integridad por ser ejemplar único de sede mahometana del siglo XIV en España". Continúan recomendado que no debe hacerse obra alguna salvo la de limpieza y reconstrucción y debe ser declarado Monumento Nacional, como así fue en 1918, pasando a propiedad del Estado en 1933. Correspondería a Torres Balbás la mejor remodelación de este curioso edificio que vive de milagro. Hoy celebramos el centenario de su proclamación como monumento nacional y que por lo menos lo sigamos viendo vivo y coleando.

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